1. MODELO DE CIUDAD SOSTENIBLE
El
Modelo de Ciudad Sostenible persigue crear oportunidades para satisfacer las
necesidades básicas de la población sin contribuir a la pérdida de los recursos
naturales requeridos por las generaciones futuras. Se fundamenta en el ahorro
de tiempo, energía, recursos materiales y favorece la justicia social.
1.1. Compacidad y funcionalidad
La
compacidad de calidad y organización funcional policéntrica de una ciudad
sostenible está relacionada con la eficiencia energética expresada en el consumo
de energía per cápita de los edificios e infraestructuras urbanas. Refleja
los esfuerzos por reducir el consumo de energía y promover fuentes de energía
sostenibles. Está en función del incremento de la densidad poblacional para
disminuir la expansión urbana y el uso de recursos naturales.
El volumen
edificado hace referencia
a la cantidad de construcción existente en un área: la superficie cubierta,
la altura de los edificios, el número de pisos, o su volumen
construido total. Es un indicador de densidad construida.
El espacio Público de Calidad no se trata solo de la cantidad, sino también de la calidad
del espacio:
-
Accesibilidad y distribución
equitativa.
-
Multifuncionalidad y confort.
-
Vegetación y sombra.
- Seguridad, mantenimiento y mobiliario urbano.
El volumen edificado y el espacio público se relacionan:
-
Proporción
crítica: espacio libre vs. masa construida
§ En zonas con alto volumen edificado, la
calidad del espacio público se vuelve más crítica, porque es el principal
lugar de encuentro y esparcimiento.
§ Si no se compensa adecuadamente el volumen
con espacios públicos suficientes y de calidad, se generan entornos
saturados, poco saludables y con escasa vitalidad urbana.
§ Un mayor volumen edificado justifica y demanda
mejor espacio público: más personas viven o trabajan
allí y, por tanto, requieren acceso a espacios abiertos.
§ A la vez, el espacio público mejora el valor y
la habitabilidad del entorno construido, haciendo que incluso zonas densas
sean atractivas y funcionales.
-
Verticalidad no
es el problema… si hay buena base pública
§ La densificación puede ser sostenible y deseable
si va acompañada de un sistema de espacios públicos bien diseñados.
§ Ciudades como Barcelona, Medellín o París muestran
cómo alta densidad y calidad urbana pueden coexistir gracias a plazas,
calles peatonales, parques y equipamientos bien insertados.
Indicadores clave para analizar esta relación
|
Indicador |
¿Qué mide? |
|
Relación suelo libre/construido |
Proporción entre área de espacio público y volumen
edificado. |
|
m² de espacio público/habitante |
Suficiencia del espacio abierto respecto a la
población residente. |
|
Índice de ocupación del suelo
(IOS) |
Qué tanto del terreno está cubierto por edificación. |
|
Relación fachada/altura |
Proporción entre la altura de edificios y la anchura
de las calles (afecta percepción del espacio público). |
|
Accesibilidad al espacio verde
público |
Tiempo promedio caminando hasta un parque o plaza. |
En un barrio con alta densidad (edificios de 5-8 pisos y gran volumen
edificado), pero sin plazas, parques o calles con aceras amplias:
-
El espacio público no alcanza a mitigar
la presión urbana.
-
Se experimentan saturación
visual, falta de ventilación, calor acumulado y estrés urbano.
-
Aumenta la inequidad espacial,
especialmente si hay segmentos con menos acceso.
En cambio, si ese volumen
edificado se combina con:
-
Parques accesibles, calles
arboladas, zonas de descanso, juegos y equipamientos,
Entonces el espacio público absorbe, equilibra y mejora la experiencia
urbana.
👉 Una ciudad sostenible y equitativa no rechaza la densidad, pero exige
calidad espacial en lo público. El volumen edificado debe equilibrarse
con una red suficiente y bien diseñada de espacio público que funcione como
“el pulmón”, el “escenario social” y la “infraestructura de bienestar” de la
ciudad. Esta relación es clave en evaluaciones urbanas, planes maestros y
políticas de regeneración de barrios.
👉 Es necesario el compromiso de preservar
espacios naturales y ecosistemas en el entorno urbano para garantizar calidad
ambiental, confort climático y lugares de encuentro para la población. De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, deben existir 9 m² de espacio verde por habitante.
La complejidad está en función de la diversidad de usos y funciones urbanas que permiten la satisfacción de las necesidades básicas en distancias cortas. El suelo urbano consolidado, referido a la proporción de suelo que cuenta con una estructura y organización que garantizan el desarrollo en relación con el suelo total, refleja el grado de ocupación y la expansión urbana, garantizando equipamientos y servicios.
A medida que la diversidad de usos aumenta, la funcionalidad mejora, incentiva la apropiación del espacio urbano y crea más facilidades para la satisfacción de las necesidades básicas. La organización de la ciudad en múltiples nodos (policéntrico) promueve la existencia de viviendas a una distancia accesible a equipamientos básicos como centros de salud, escuelas, servicios comunitarios y transporte público que garantizan la satisfacción de las necesidades básicas en distancias cortas.

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