CIUDAD COMPACTA SOSTENIBLE



 CONSTRUYENDO CIUDADES INCLUSIVAS, RESILIENTES Y AMBIENTALMENTE RESPONSABLES


INTRODUCCIÓN

         La ciudad es, al mismo tiempo, escenario y protagonista del cambio territorial. En ella convergen las dinámicas sociales, económicas, ambientales y culturales que moldean el presente y definen el futuro. Sin embargo, el crecimiento urbano acelerado, desarticulado y desigual ha generado profundas brechas en el acceso a servicios, el uso del suelo, la movilidad, la vivienda y la calidad de vida. Frente a ello, la Planificación Urbana Sostenible emerge como una respuesta estratégica, ética y técnica para reorganizar el territorio con criterios de equidad, resiliencia y armonía ambiental.

     La planificación urbana no es un ejercicio puramente normativo, sino un proceso transformador que busca reconstruir el vínculo entre ciudad y ciudadanía, entre forma urbana y justicia territorial. Se parte del reconocimiento de las múltiples escalas que configuran lo urbano —desde lo barrial hasta lo metropolitano—, y de la necesidad de articular dimensiones clave como la morfología, la funcionalidad, la movilidad, el ambiente, la economía, la gobernanza y el tejido social.En un contexto marcado por el cambio climático, la presión sobre los recursos naturales, la informalidad urbana y la fragmentación espacial, planificar de forma sostenible exige leer el territorio con sensibilidad, proyectarlo con rigor técnico y gestionarlo con participación. Este enfoque implica orientar las decisiones urbanas hacia un modelo compacto, inclusivo, eficiente y ambientalmente equilibrado, donde cada intervención contribuya a la sostenibilidad integral del entorno construido y habitado.

    Así, la planificación urbana sostenible no solo ordena el suelo: ordena el futuro, construyendo ciudades vivibles, habitables y capaces de sostener la vida digna de sus habitantes hoy y mañana.

1.         CIUDAD SOSTENIBLE

    Una ciudad sostenible es un entorno urbano que persigue equilibrar el desarrollo económico, social y ambiental, garantizando una alta calidad de vida para sus habitantes sin comprometer los recursos de las futuras generaciones. Persiguen minimizar el impacto ambiental mediante políticas que promueven el consumo responsable, la producción ecológica y la resiliencia frente al cambio climático.

    La noción de ciudad sostenible ha ganado relevancia en el contexto de los desafíos del cambio climático, la urbanización acelerada y la creciente presión sobre los recursos naturales. Este concepto se refiere a un modelo de desarrollo urbano que busca integrar la eficiencia ambiental, la equidad social y la viabilidad económica, garantizando una alta calidad de vida para las generaciones presentes y futuras (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos [ONU-Hábitat], 2020).

     El Objetivo 11 de la Agenda 2030 de la Naciones Unidas se refiere a crear comunidades y ciudades sostenibles (ODS 11). Para lograr ciudades sostenibles se han establecido principios que persiguen crear oportunidades de desarrollo y mayor bienestar para las poblaciones actuales y futuras, mediante un cambio en la forma de hacer urbanismo. Se requiere pasar de la ciudad dispersa de bajas densidades, difusa, zonificaciones con segregación de usos, segregación por rentas, excluyente, dependiente del vehículo, congestionada y contaminada, a una ciudad compacta y de distancias cortas, de alta densidad, integrada espacialmente, inclusiva, segura, verde, peatonal, con mezcla de usos, diversidad de rentas, con prioridad a una movilidad alternativa, peatones, bicis y transporte público (Velazquez,2011).

           Las características claves de una ciudad sostenible son:

-       Eficiencia energética y uso de energías renovables limpias como solar, eólica o hidroeléctrica para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

-       Movilidad sostenible. Fomento de transporte público eficiente, ciclovías y espacio peatonal para disminuir las emisiones de CO2 y mejorar la calidad del aire

-       Gestión responsable de residuos. Aplicación de la Regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, promoviendo una economía circular que minimice la generación de residuos

-       Espacios verdes y biodiversidad. Integración de parques, jardines y áreas naturales dentro del tejido urbano para mejorar la salud mental y física de los ciudadanos y preservar la biodiversidad.

-       Inclusión social y participación ciudadana. Diseño de políticas que aseguren el acceso equitativo a servicios básicos y fomenten la participación de la comunidad en la toma de decisiones.



2.         CIUDAD COMPACTA Y DE DISTANCIAS CORTAS

 

      El modelo de ciudad compacta no solo se alinea con los objetivos de la ciudad sostenible, sino que representa una de sus expresiones espaciales más coherentes. Lejos de constituir una solución única, su aplicación requiere ser adaptada a los contextos locales, complementada con mecanismos de gobernanza participativa, y articulada con políticas de movilidad, vivienda, gestión ambiental y equidad territorial.

    Es una estrategia espacial y de planificación fundamental para materializar los principios de la sostenibilidad urbana. Se caracteriza por una alta densidad poblacional y edificatoria, una mezcla funcional de usos del suelo, un desarrollo urbano contenido y una estructura orientada al transporte público, la movilidad activa y el acceso cercano a servicios básicos (Jenks, Burton y Williams, 1996). Esta forma urbana contrasta con la ciudad dispersa o difusa, donde predominan patrones de baja densidad, dependencia del automóvil, fragmentación del territorio y altos costos en infraestructura y servicios.

          Desde el punto de vista social, una ciudad compacta y bien planificada puede mejorar la accesibilidad equitativa a servicios, empleo y espacio público, fortaleciendo la cohesión social y la inclusión urbana. No obstante, estos beneficios solo se alcanzan si se aplican políticas redistributivas, de control de precios del suelo y vivienda, y se evitan procesos de gentrificación que podrían excluir a poblaciones vulnerables.

           Las principales características de la ciudad compacta son:

             -      Alta densidad: concentración de población y actividades en áreas urbanas consolidadas.

-      Uso mixto del suelo: integración de funciones residenciales, comerciales, institucionales y recreativas.

-      Transporte público eficiente: prioridad al transporte colectivo, a pie y en bicicleta.

-      Contención del crecimiento urbano: limitación de la expansión descontrolada y protección del entorno rural.

-       Eficiencia en infraestructura y servicios: redes integradas y costos reducidos por unidad de servicio.

           Para controlar mejor la tendencia a la expansión continua de la ciudad y garantizar los equipamientos y el abastecimiento de bienes y servicios, es decir, mayor calidad de vida a la población, las autoridades locales deben apoyarse en la idea de la “ciudad compacta” o ciudad de pequeñas distancias, pero de concepción abierta, cuya dinámica permite engranar y armonizar, la complementariedad entre sectores, basándose en la elevación de los valores patrimoniales, la calidad del paisaje urbano, la movilidad y la responsabilidad ciudadana con las zonas periféricas residenciales o de servicios, y con otras ciudades vecinas.

          Incluye, el control de la extensión de las áreas urbanizables, en el marco de una política urbanística cuidadosa, particularmente en las periferias urbanas y en las zonas protegidas. Para ello, es necesario considerar la incorporación de los servicios de abastecimiento de alimentos, educativos, asistenciales, deportivos, recreacionales y administrativos, teniendo en cuenta los desplazamientos máximos peatonal y vehicular, de manera de facilitar la movilidad de la población dentro de la ciudad y la accesibilidad a los bienes y servicios sin realizar grandes desplazamientos.

           Se basa en la incorporación de edificaciones verticales de tres o cuatro pisos, evitando el crecimiento difuso, donde los ciudadanos puedan cubrir sus necesidades básicas en recorridos de distancias cortas y en ambientes verdes urbanos de calidad para reforzar las acciones sociales y productivas de interrelación franca, directa y fluida entre los diferentes actores locales y regionales.

           Para ello, se propone el uso de indicadores de distancias a recorrer por los usuarios de los diferentes servicios y centralidades económicas: de 400 a 800 metros máximos para recorridos peatonales y de 800 y 1000 metros para recorridos vehiculares, los cuales permiten el acceso a los mismos sin largos desplazamientos y garantizando calidad de vida. Los radios de desplazamiento se ajustarán de acuerdo con los servicios y su cobertura, ya sea vecinal, comunal o municipal, y con las condiciones climáticas de la ciudad.

           Para organizar la ciudad de distancias cortas se puede hacer a partir de un patrón o modelo basado en una cuadrícula de 400 por 400 metros (grandes manzanas peatonales, ciclo vías y mezcla de usos), con espacios peatonales a escala micro (1*1 km), espacios para modos lentos que se integren a espacios de escala superior (4*4 km) (Velázquez, 2011).

           Este modelo se ha promovido especialmente en el contexto europeo y latinoamericano como una estrategia para enfrentar el cambio climático, mejorar la cohesión social y reducir la huella urbana (OECD, 2012).


3. RELACIÓN ENTRE LA CIUDAD SOSTENIBLE Y EL MODELO DE CIUDAD COMPACTA

           La ciudad sostenible y el modelo de ciudad compacta están profundamente relacionados, ya que comparten principios y objetivos orientados a lograr un desarrollo urbano equilibrado, eficiente y respetuoso con el medio ambiente. A continuación, se definen las relaciones desde varias dimensiones:

           Ambos enfoques —la sostenibilidad urbana y la compacidad— están íntimamente ligados por su orientación común hacia la reducción del impacto ambiental y la mejora de la eficiencia urbana. La compacidad favorece la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero al reducir la necesidad de desplazamientos motorizados y promover una movilidad más limpia. Asimismo, facilita el uso racional del suelo, la regeneración urbana y la protección de áreas naturales y agrícolas periurbanas, contribuyendo así a la resiliencia ecológica de las ciudades (OECD, 2012).

 




3.1.     Relación entre ciudad sostenible y ciudad compacta

 

Dimensión

Ciudad Compacta

Contribución a la Ciudad Sostenible

Uso del suelo

Promueve la densificación urbana, evitando la expansión dispersa.

Reduce la pérdida de suelos agrícolas y ecosistemas, y limita la huella ecológica.

Movilidad

Favorece los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público.

Disminuye el uso del automóvil, reduce emisiones de CO y mejora la calidad del aire.

Eficiencia energética

Edificios más cercanos entre sí permiten sistemas energéticos compartidos (como calefacción distrital).

Contribuye a la eficiencia energética y reduce la demanda de recursos.

Acceso a Servicios

Concentra equipamientos, servicios y empleos cerca de las viviendas.

Mejora la equidad urbana y reduce los tiempos de traslado y el consumo energético asociado.

Espacios públicos

Planifica plazas, parques y áreas recreativas dentro del tejido urbano.

Fomenta la cohesión social, la salud urbana y el bienestar.

Gestión del territorio

Estimula la regeneración urbana en lugar del crecimiento horizontal.

Conserva el entorno natural, protege áreas periurbanas y mejora la resiliencia urbana.

      La ciudad compacta puede ser entendida como una estrategia espacial concreta para avanzar hacia una ciudad sostenible. Ambos conceptos no son equivalentes, pero sí complementarios: mientras la sostenibilidad urbana establece un marco amplio de objetivos y principios, la compacidad ofrece una forma urbana que facilita su implementación.

 

Aspecto

Ciudad Sostenible

Ciudad Compacta

Objetivo

Equilibrio entre lo social, ambiental y económico

Eficiencia espacial y funcional del entorno urbano

Escala de acción

Multinivel (local, regional, global)

Local y metropolitana

Forma Urbana

Variable, pero orientada al uso racional del suelo

Densa, contenida, con mezcla funcional

Enfoque de movilidad

Sostenible: a pie, en bicicleta, transporte público

Movilidad de proximidad y baja dependencia del automóvil

Contribución al cambio climático

Reducción de emisiones, adaptación y resiliencia

Menor uso energético y mitigación por menor expansión

         

          No obstante, una ciudad compacta no es automáticamente sostenible. Sin políticas de equidad, control de precios del suelo, provisión de espacios públicos y gestión participativa, puede derivar en hacinamiento, gentrificación o presión sobre los ecosistemas urbanos. Por tanto, la ciudad compacta debe ser gestionada como parte de un modelo integral de sostenibilidad urbana.


4. VENTAJAS COMUNES DE AMBOS ENFOQUES: SOSTENIBLE Y COMPACTA

-     Reducción del consumo energético y de recursos naturales.

-     Mayor cohesión social y accesibilidad.

-     Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

-     Preservación de espacios naturales y agrícolas fuera del límite urbano.

-     Promoción de estilos de vida activos y saludables.

 

5.         RIESGOS O DESAFÍOS COMPARTIDOS

-  Gentrificación: La concentración de servicios y calidad urbana puede elevar los precios y desplazar a poblaciones vulnerables.

-     Congestión urbana si no se gestiona bien la movilidad interna.

-     Presión sobre infraestructuras y servicios si no se planifica adecuadamente el crecimiento vertical.






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