PhD. María Gabriela Camargo Mora.
Estas etapas no siempre siguen
un orden rígido; pueden adaptarse según el contexto institucional, normativo y
socioeconómico de cada ciudad. A continuación, se describen las principales:
|
Etapa |
Descripción |
Instrumentos y acciones típicas |
|
Preparación
y organización del proceso |
Definición
del marco institucional, objetivos del plan, actores clave, cronograma y
recursos necesarios. |
- Conformación de equipos técnicos - Convenios interinstitucionales - Diseño del proceso participativo |
|
Diagnóstico territorial
integral |
Análisis de la realidad urbana: aspectos
físicos, sociales, económicos, ambientales y de riesgo. Se identifican el estado actual y los desafíos. |
-
Recolección
de datos y SIG -
Talleres
participativos -
Matrices
FODA -
Mapas
de vulnerabilidad |
|
Visión estratégica y
objetivos |
Construcción
de una visión de ciudad deseada, metas a largo plazo y objetivos específicos
por dimensión o sector. |
-
Escenarios prospectivos |
|
Formulación del plan
urbano |
Diseño de políticas, estrategias y
proyectos estructurantes. Asignación de responsabilidades, recursos y
mecanismos de seguimiento. |
- Zonificación y normativa urbana |
|
Aprobación e
institucionalización |
Validación
técnica, legal y política del plan. Asegura su legitimidad, coherencia con
marcos superiores y su incorporación formal. |
-
Aprobación por órganos de gobierno |
|
Implementación y gestión |
Ejecución de los instrumentos y
proyectos del plan, bajo una gestión coordinada, transparente y
participativa. |
- Gestión del suelo y financiamiento
urbano |
|
Monitoreo, evaluación y
actualización |
Seguimiento
de indicadores, evaluación del cumplimiento de metas y ajuste del plan según
resultados y nuevas condiciones. |
-
Sistemas de información urbana |
Cada etapa de planificación
urbana debe estar guiada por principios transversales:
- Participación ciudadana
efectiva, con metodologías inclusivas y representativas.
- Enfoque de derechos humanos, incorporando equidad,
género, infancia y discapacidad.
- Gestión basada en
evidencias, con soporte en datos confiables y tecnología geoespacial.
- Adaptabilidad, permitiendo ajustes ante
nuevas realidades, como el cambio climático o transformaciones sociales.
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