PREVENIR Y MITIGAR LOS DESASTRES SOSCIONATURALES
La gestión del riesgo socio natural dentro de la planificación del territorio se lleva a cabo a través de los instrumentos territoriales: organización institucional, normativa legal y planes territoriales, donde su inserción se realiza como una componente territorial que condiciona la ocupación del territorio. En la medida que el riesgo socio natural se articule e integre adecuadamente con las áreas del desarrollo integral del territorio y de la ciudad, mayor será la posibilidad de prevenir y mitigar los desastres naturales, además de permitir orientar la ocupación, los usos y las inversiones de una manera más adecuada.
Los
resultados de los análisis de las amenazas, vulnerabilidad y riesgos
incorporados en la planificación y
control territorial, mediante
estrategias y acciones,
permite la definición de políticas orientadas a la administración y control de la ocupación
y de los usos potenciales del suelo
o de la tierra, y genera mejores beneficios: protección y mitigación ante desastres
evitando pérdidas de personas y bienes, elaboración de planes de contingencia y
de atención de emergencias ante amenazas y permite planificar la protección
financiera.
Teniendo en cuenta
análisis territoriales, se
establece una sectorización o zonificación de riesgo o de peligro y de
vulnerabilidad, además se definen factores de seguridad según los usos del
suelo permitidos. Dicha sectorización se logra mediante la super posición de
capas correspondientes a las variables físico-naturales y socio económicas
analizadas y se visualiza espacialmente mediante planos o mapas temáticos, que
permiten orientar las actuaciones sobre el territorio, en especial en las zonas
de riesgo.
La zonificación de
riesgo y la vulnerabilidad resultante, se considera para la definición de la zonificación
del uso del suelo y para definir las variables urbanas fundamentales,
instrumentos jurídicos donde se indica el uso potencial y las restricciones de
uso, permitiendo así, orientar y controlar la ocupación y administración del
territorio, además minimizar los riesgos
frente a amenazas naturales.
La estrategia territorial y la
zonificación del uso del suelo se convierten para los gestores y demás
actores locales, en los objetivos, estrategias y líneas de actuación
para orientar el desarrollo futuro del
territorio o de la ciudad: controlar
y administrar la ocupación y
uso de suelo, minimizar los riesgos y la vulnerabilidad para conseguir
un desarrollo armónico
y sostenible.
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