DESARROLLO LOCAL PARA CREAR CIUDADES HABITABLES, SEGURAS Y SOSTENIBLES


Desarrollo Local para crear ciudades habitables, seguras y sostenibles
Local Development to create livable, safe and sustainable cities
Camargo Mora, María Gabriela A.
A. Universidad Técnica Particular de Loja, Departamento de Arquitectura y Artes, San Cayetano Alto, Loja (mgcamargo@utpl.edu.ec)

Resumen

El presente ensayo trata sobre el Desarrollo Local y el aprovechamiento del potencial endógeno para crear territorios habitables, seguros y sostenibles. El análisis de realiza bajo las tendencias globalizadoras, descentralizadoras y del nuevo enfoque del territorio, que ha dado paso al reemplazo de viejos paradigmas, pasando de la visión redistributiva al potencial de desarrollo en el territorio, provocando un cambio significativo en la conceptualización y aplicación de la Política de Desarrollo Regional. Frente a este cambio de paradigma, nacen nuevas formas de políticas redistributivas encaminadas hacia lo local, la ciudad. A partir de los aportes de diversos autores se realiza una revisión del proceso de cambio, la territorialización, el concepto del Desarrollo Local y el aprovechamiento del potencial endógeno para crear ciudades sostenibles. Finalmente, se puntualizan estrategias encaminadas hacia el fortalecimiento de las ciudades como núcleos dinamizadores de la región.

Palabras claves: Territorios, regional, territorial, endógeno, estrategia


Abstrac

This essay deals with the Local Development and the use of the endogenous potential to create inhabitable, safe and sustainable territories. The analysis is carried out under the globalizing, decentralizing tendencies and the new approach of the territory, which has given way to the replacement of old paradigms, from the redistributive vision to the development potential in the territory, causing a significant change in the conceptualization and application of the Regional Development Policy. Faced with this paradigm shift, new forms of redistributive policies are born, directed towards the local, the city. From the contributions of various authors, a review of the change process, territorialization, the concept of Local Development and the use of the endogenous potential to create sustainable cities. Finally, strategies aimed at strengthening cities as dynamic nuclei of the region.

Keywords: Territories, regional, territorial, endogenous, strategy

1.         Introducción

Bajo las tendencias globalizadoras, descentralizadoras y del nuevo enfoque del territorio, desde la última década, se viene dando una situación de crisis y reemplazo de viejos paradigmas, pasando de la visión redistributiva al potencial de desarrollo en el territorio, provocando un cambio significativo en la conceptualización y aplicación de la Política de Desarrollo Regional. El foco de análisis se traslada desde la problemática de la redistribución a la creación de recursos a la endogeneización de los mecanismos de desarrollo (Pujada & Font, 1998).  Progresivamente se va abandonando la aproximación “Top – down” (desde arriba), orientada a la redistribución espacial de   la actividad económica y a la reducción de las diferencias regionales de los niveles de renta per cápita. Al mismo tiempo que ha ido tomando fuerza el enfoque “bottom – up” (desde abajo) orientado al desarrollo económico de las ciudades y territorios (Rodríguez, 2001).  Cobra fuerza el concepto de desarrollo local y el aprovechamiento del potencial endógeno en el territorio. Frente a este cambio de paradigma, nacen nuevas formas de políticas redistributivas encaminadas hacia lo local, bajo la concepción de la democracia más democrática, participativa y comunitaria. El ámbito local se impone como verdadero campo de nuevas prácticas de organización relacional.

2.         Dimensión Local versus globalización
           
El desplazamiento del enfoque del Estado del Bienestar y el avance de las tendencias descentralizadoras han dado paso a una nueva organización territorial, donde la dimensión local cumple una función protagónica. Hoy la sociedad mundial se ha globalizado, se habla de la economía del mundo; ya no se trata de procesos de organización individuales sino de un mismo proceso que se manifiesta en distintas escalas territoriales: la sociedad mundial, los bloques regionales, los estados nacionales, las regiones y los lugares. Es decir: lo global y lo local en compleja relación. Arocena (2001, pág. 32-33) señala que en las últimas décadas se han ido delineando, al menos, tres maneras de situar en tema de lo “local” frente a la “globalización”:

              En primer lugar, una tendencia donde predomina el carácter dominante de lo global sobre lo local: situándose bajo las postulaciones de Mattos (1979), la lógica de la globalización es avasallante y vuelve imposible el desarrollo local dentro del actual modelo de acumulación.
              La segunda tendencia, postula lo local como alternativa a lo global: devuelve a los actores locales el poder necesario para construir auténticas democracias. Es un enfoque con fuertes acentos ideológicos, que concede a la dimensión local todos los atributos positivos amenazados por la globalización.
              La Tercera tendencia, tiende a la articulación local-global en el interior de una compresión compleja de la sociedad contemporánea: se basa en un análisis de la complejidad de los procesos que caracterizan la sociedad contemporánea intentando superar la autonomía global-local por un esfuerzo de articulación al interior de una real tensión.

Vázquez (1999), sostiene que, bajo la tendencia local-global, la globalización y la dimensión local son dos procesos que actúan como polos que se complementan, creando, en su interrelación constante, una nueva y compleja organización, caracterizada por cambios significativos en la dimensión política, tecnológica, económica, ecológica y socio-cultural (Figura 1):




Figura 1. Globalización y la Dimensión Local. Fuente: Elaboración propia




En la dimensión política, el Estado cede protagonismo a nuevos actores. Los cambios macroeconómicos y la constitución de mercados globales han impactado las economías regionales y locales, debilitando el papel de los Estados centrales y estimulando, de varias formas, los procesos de descentralización. Transfiere a los gobiernos locales la gestión de conflicto social, originadas   a   partir   de   las   demandas   sociales   insatisfechas   y alimentadas por la dinámica económica y social de niveles superiores (Caccia en OIT, 2002), dando cabida al surgimiento de una sociedad “red” de actores que se erigen como interlocutores políticos y socioeconómicos en el diseño de las políticas públicas y se colocan a la misma altura que los Estados (Nabaskues, 2003).


La relación que se produce en la sociedad red, excluye la relación subordinación inherente a la práctica política Estado - Ciudadano, prima la interdependencia y el carácter multidimensional de las Ante la globalización de los problemas se produce una multiplicación de los actores y la solución de los problemas exige a su vez la interrelación de los mismos. La relación jerárquica entre la administración y el administrado se transforma en una realidad mucho más compleja, horizontal e interdependiente, lo que conlleva el cambio de paradigma de la actitud institucional ante los problemas que ha de encarar y sobre las políticas públicas que han de diseñarse (Nabaskues, 2003).

En la dimensión tecnológica, las nuevas tecnologías de información, los sistemas de transporte y las telecomunicaciones facilitan y refuerzan el funcionamiento y la interacción de las organizaciones, que trae aparejado modificaciones en los procesos urbano-regionales de organización. Castell (1997) señala, que las nuevas tecnologías de comunicación han creado un universo particular; una relación espacio-tiempo diferente, que afecta de manera decisiva a los vínculos establecidos entre el hombre y su entorno físico y cultural, contribuyendo al desarrollo de una sociedad cada vez más interrelacionada y propiciando en paralelo la globalización cultural.

En la dimensión económica, los sistemas productivos y los mercados adquieren paulatinamente dimensión global. La globalización afecta el sistema de producción de las naciones desarrolladas y atrasadas, así como de las ciudades grandes, pequeñas y medianas: el fortalecimiento de los sistemas locales de empresas, la creación de redes de subcontratación, la externalización de sistemas de producción y la introducción de formas más flexibles de organización de las grandes empresas han permitido mejorar la productividad de las ciudades y regiones urbanas innovadoras.

En la dimensión ecológica, una creciente interdependencia de fenómenos ambientales mundiales, causados por los impactos de la industrialización y el urbanismo, que se manifiestan en el cambio climático y en el deterioro de la capa de ozono, con serios problemas ambientales.

En la dimensión socio-cultural, se genera un movimiento de homogenización de las identidades culturales, frente a una resistencia de las mismas, en busca de proteger o retornar a lo local como punto referente de la identidad y el arraigo cotidiano de los ciudadanos.

También la globalización frente a la dimensión local ha generado la sociedad de la información y el conocimiento que se manifiesta en importantes procesos de innovación tecnológica que implica significativos incrementos de productividad para mejorar crecientemente la competitividad de las empresas. En este contexto el conocimiento es el nuevo y más importante factor de producción (Boisier 2005).

La nueva y compleja organización señalada, impacta los aspectos productivos, geográficos, políticos y socioculturales en una dimensión que transforma el escenario de actuación de los diferentes espacios territoriales. Dentro del nuevo escenario estratégico de organización local - global, los efectos desiguales de las transformaciones globales y del ajuste estructural en cada territorio, obligan a un complejo diseño de políticas para encarar los nuevos desafíos desde la especificidad de cada territorio, a partir de políticas flexibles, que incorporen la prioridad de afianzar un entorno favorable para la cooperación interinstitucional e ínter empresarial.

3. Territorialización: apropiación y transformación del territorio

Los impactos sobre los territorios que genera la nueva organización territorial conlleva que, desde diversos ámbitos de las ciencias sociales, se remarque la importancia de un re significación del rol territorial: “la territorialización” aparece como la forma de amortiguar los efectos de la globalización sobre las dimensiones del cambio (Pecqueur y Colletis, 1996) y representa el proceso que asegura la emergencia de capacidades endógenas de desarrollo (Maillat & Grojean, 1998).

La territorialización consiste en la apropiación y transformación del territorio, no como un mero soporte de las actividades sino como un ámbito donde se entretejen relaciones para el bienestar de la población y la protección del ambiente.   Tiene   como   propósito   lograr   que   los   territorios   locales   sean competitivos, complementarios e integrados a la economía internacional, en función de sus potencialidades y capacidades endógenas, sus sistemas productivos y tecnológicos. Busca restructurar el sistema económico y ajustar el modelo institucional, cultural y social de cada territorio a los cambios del entorno y de la competencia (Rodríguez, 2001). Se concreta en el ámbito local, donde llevan a cabo las inter conexiones existentes entre el sistema productivo, el conocimiento tecnológico y las capacidades sociales (Figura 2).

Figura 2. Nuevo rol territorial: Territorialización. Fuente: Elaboración propia

3.1. La territorialización no se da la manera homogénea y continua en el espacio.

El desarrollo de un territorio no es un fenómeno a lo largo y ancho del territorio sino un fenómeno local, es decir, localizado e incrustado en las características económicas, técnicas, sociales y culturales de ese lugar en particular. De aquí que pueda sostenerse que el desarrollo  es  un  fenómeno  dependiente  de  la  trayectoria  históricamente evolutiva y como tal, se inicia siempre en un lugar (o en varios pero nunca en todos), siempre como un proceso esencialmente endógeno (aunque su base material puede considerarse ampliamente exógena), descentralizado y, con una dinámica de tipo capilar “de abajo hacia arriba y hacia los lados”, que terminará con producir, en función de la dialéctica territorio/función propia de la modernidad, una Geografía del desarrollo, rara vez uniforme, comúnmente con la forma de archipiélago o, en el extremo, con la forma de dicotomía centro-periferia (Boisier, 2005) (Figura 3).

Figura 3. La Territorialización como fenómeno local. Fuente: Elaboración Propia


3.2. La territorialización involucra procesos de apropiación por parte del Estado (gobierno-sociedad)

El territorio en un espacio delimitado, apropiado, modificado por la acción de los distintos actores sobre este, desde   el   Estado   a   los   individuos, pasando   por   todas   las organizaciones que actúan en el mismo (Raffastín, 1981 citado en Boisier, 2005). En el proceso de apropiación y transformación del espacio, los distintos agentes lo territorializan o producen el territorio, lo que implica el establecimiento de demarcaciones o límites y la creación de diferentes concepciones del mismo (Dematteis, 2005 citado en Boisier 2005) (Figura 5): como entidad administrativa,  como “espacio de las competencias”,  como patrimonio o herencia del pasado, como construcción social que contribuye a la identidad local en relación con la acción colectiva de los agentes (el territorio como proyecto). Todos los territorios se expresan en una configuración territorial, que es la expresión física resultado del entretejer de relaciones que se producen para la satisfacción de las necesidades.

3.3. La Territorialización es vinculante a los diferentes ámbitos territoriales

La territorialización de las potencialidades endógenas de los “lugares” en un espacio determinado, requiere que se le analice no sólo en función de un entorno inmediato, sino también dentro de los diferentes ámbitos territoriales: mundial, binacional y multinacional, nacional, regional y local, en cuyo marco económico y social se toma buena parte de las decisiones que van a condicionar el futuro inmediato de la ciudad. En tal sentido, la territorialización se implementa, de una manera   vinculante   e   iterativa, entre   las   escalas   horizontales   y   verticales enmarcadas dentro de los diferentes ámbitos territoriales. La territorialización es multisescalar (Tabla 1):

Tabla 1. Ámbitos Territoriales
Fuente: Elaborado por el autor

Ámbito Territorial
Mundial:
Representada por las tendencias globalizadoras y descentralizadoras que se expresan a través de redes económicas.

Binacional y multinacional:
Representado por bloques de integración regional, como son la Unión Europea, la Comunidad Andina, CAFTA, MERCOSUR, UNASUR, entre otras.

Nacional:
Unidad donde acontecen la dinámica y estructuración de las dimensiones políticas, económica, social territorial y ambiental, marco del acontecer diarios de los ciudadanos. Ésta escala territorial insertada en las demandas y ofertas supranacional. Representada por el Estado en el territorio Nacional.

Regional:
Unidad donde se articulan las políticas sociales, económicas y ambientales teniendo como base las condiciones físicas naturales y la realidad de la dinámica y estructura de la unidad local.

Local:
Unidad receptora de las decisiones y cambios nacionales y regionales tendentes a fortalecer la descentralización y desconcentración en pro del desarrollo local, en acción conjunta con los ámbitos territoriales superiores. Ámbito donde se generan los procesos propios del desarrollo local y está representado, principalmente, por los y las ciudades.


La cooperación entre las escalas vertical y horizontal, persigue el reconocimiento de las potencialidades de los diferentes sistemas locales que configuran un territorio para hacer surgir las fuerzas locales latentes, permitir la difusión de la información y del conocimiento, promover las alianzas y la interdependencia entre empresas y la sociedad civil, crear cohesión social y económica y fortalecer los sistemas de organización y producción.

4. Desarrollo local: nuevo enfoque territorial para el desarrollo

A partir de la década de los años 90, diversos autores, tales como Alburquerque, Arocena, Álvarez, Boissier, Buarque, Cossio, Garofoli, Madoeyra, Rodríguez, Vázquez-Barquero, entre otros, han orientado esfuerzos a estudiar el Desarrollo Local como un fenómeno con características particulares, donde se precisa generar dinámicas tendentes a fortalecer las localidades (ciudades y cantones) como centros productivos, políticos, culturales y sociales del desarrollo. A partir de sus aportes, se desprende que el Desarrollo Local es un concepto amplio, global, integrador y complejo, definido como un proceso multidimensional cuyo objetivo principal es alcanzar los mayores niveles de bienestar social. Dichas dimensiones se encuentran vinculadas con el proceso de planificación, tales como: la territorial, económica, socio-cultural, política (organizacional-institucional) y ambiental.

El desarrollo local es siempre un proceso endógeno y descentralizado. “…registrado en pequeñas unidades territoriales de asentamientos humanos capaz de promover el dinamismo económico y la mejoría de la calidad de vida de la población. A pesar de constituir un movimiento de fuerte contenido interno, el desarrollo local está inserto dentro de una realidad más amplia y compleja, con la cual interactúa y desde la cual recibe influencias y presiones positivas y negativas” (Buarque, 1999 citado en Boisier, 2005:52). Es un modelo de desarrollo territorial descentralizado, que promueve la difusión de los nuevos procesos de cambio a todo el territorio frente al modelo internacional, que fomenta los procesos de acumulación en las grandes aglomeraciones, que refuerzan la concentración espacial del bienestar y, en consecuencia, el incremento de las desigualdades sociales y territoriales (Pujada & Font, 1998).

Al referirse al Desarrollo Local como un proceso endógeno, Garofoli (1995), uno de los más notables exponentes del “nuevo regionalismo” europeo define el Desarrollo Endógeno como:

              La capacidad para transformar el sistema socio-económico;
              La habilidad para reaccionar a los desafíos externos; la promoción de aprendizaje social.
              La habilidad para introducir formas específicas de regulación social a nivel local que favorece el desarrollo de las características anteriores.

Por otra parte, el Desarrollo Local como proceso descentralizado está vinculado a la recuperación y profundización de la democracia, a la transferencia de funciones y recursos financieros desde las administraciones centrales a las administraciones locales y al fomento de la participación ciudadana (Figura 4).

Figura 4. Concepto de Desarrollo Local.
Fuente: Elaboración Propia



El Coloquio Europa-América del Norte (Montreal, 1988), suma al concepto de Desarrollo Local la dimensión política – organizacional (nueva gobernabilidad) al definir el   Desarrollo Local como el esfuerzo de concertación y planificación emprendido por el conjunto de actores locales (Estado, organizaciones socio productivas e instituciones públicas y privadas), a fin de desarrollar la economía del territorio.   Los actores locales involucrados en la organización socio productivo local, actúan como operadores económicos y sociales dinámicos y como eje de la inversión económica (Figura 5):

                     Figura 5. Movilización de Actores Involucrados en el Desarrollo Local. Fuente: Elaboración Propia

     El Estado como actor facilitador y normativo de los procesos de desarrollo; promotor de iniciativas y de concertación entre todos los actores; coordinador de la cooperación entre los diferentes ámbitos territoriales; generador de incentivos para crear entornos competitivos, nuevos espacios de desarrollo económico y de cohesión social, así como la organización y participación de la sociedad.
     Las Instituciones, bajo la organización institucional administrativa, son los actores encargados de normar y definir las reglas de actuación de todos los actores locales; proveer y difundir la información requerida para crear territorios competitivos; generar, captar y procesar el proceso de crecimiento; así como capacitar profesionales y técnicos en función de las demandas de las redes sociales y productivas.
     El desarrollo local es una política económica desarrollada por los actores locales, la cual involucra un proceso de cambio y de fortalecimiento de las estructuras económicas, en un territorio homogéneo por sus características culturales, sociales y económicas, proceso que, desde un punto de vista social presenta la singularidad que la dirección corresponde a los agentes locales que lo controla y no, a una dirección exterior (Figura 6).

Figura 6. Desarrollo Local como proceso de planificación, endógeno y descentralizado.
Fuente: Elaboración Propia


Por otro lado, al desarrollo local se le vincula al tema de los derechos de la ciudadanía y de empoderamiento de las comunidades, ubicando lo del lado de la demanda y por otro lado el acceso a bienes y servicios (Balbin citado en García, 2003). En este contexto, temas como la organización, la participación ciudadana y el carácter democrático del desarrollo se convierten en conductores de las proposiciones de política (García, 2003).

Dentro de la Planificación, el Desarrollo Local   es una estrategia territorial competitiva que integra las políticas territoriales, económicas, sociales, culturales y ambientales, en un modelo, basado en los principios de la nueva gobernabilidad, del capital social (coordinación, subsidiariedad, complementariedad y cooperación) y de las redes de actores (Precedo, 1994).

El Desarrollo Local, teniendo en cuenta las nuevas tendencias del desarrollo de la economía y de las tecnologías, así como las tendencias generales de la evolución social y ambiental del territorio y, la colaboración de los diferentes niveles de gobierno y administración, se plantea como objetivo superior:

     Desarrollar territorios y ciudades complementarias, competitivas e innovadoras, a partir de sus potencialidades y capacidades endógenas, del fomento de innovaciones de la capacidad emprendedora, del capital humano y del sistema productivo, guiado por los principios de la organización –institucional, con el fin de mejorar los niveles de calidad de vida de sus habitantes y de su entorno; lograr mayor cohesión económica y social del territorio y conservar los recursos naturales y culturales. Dicho objetivo general se desagrega en los siguientes objetivos específicos:
     Comprender la dinámica de las unidades territoriales en las que se realiza el desarrollo. Unidades que son el marco de la vida de los ciudadanos y del trabajo, y en las cuales se da la interacción entre el proceso productivo y el sistema económico en su conjunto y que no son otras que las unidades locales.
     Orientar los cambios de un territorio en la dirección adecuada en los intereses generales   del   sistema   local, garantizados   a   partir   de   la   más   eficaz participación posible y de la utilización de indicadores de calidad territorial.
     Definir políticas, estrategias, basados en nuevos instrumentos para la acción pública, que se concretan en la mejora y satisfacción sostenible de las demandas de los actores territoriales y sociales.
     Diseñar estrategias socio-territoriales en base al conocimiento profundo de los problemas y limitantes, recursos, capacidades y potencialidades endógenas que existen en las realidades de los territorios.
     Procurar un desarrollo armónico y sostenido, especialmente mediante el refuerzo de la cohesión económica y social.
     Consolidar un sistema urbano poli-céntrico integrado a los espacios rurales que permita minimizar el dualismo campo-ciudad.
     Construir y mejorar las infraestructuras que sirven de base a los procesos de cambio estructural;
     Mejorar la calificación de los recursos humanos, el conocimiento tecnológico, el fomento de la capacidad de iniciativa local y de la cultura del desarrollo, etc.
     Fortalecer la capacidad organizativa del territorio como factor estratégico para crear territorios competitivos, complementarios, eficaces y equitativos.

Teniendo en cuenta los enfoques del Desarrollo Local, la forma de organización del Estado (federal, regional o local), las diferencias existentes entre las líneas programáticas de las políticas espaciales que pueden tener los gobiernos de las administraciones centrales y locales, así como la propia historia de la política económica de los distintos países, se  distinguen tres posiciones para implementar iniciativas locales orientadas a  crear territorios competitivos, complementarios e innovadores (IMPI, 1995):

     Enfoque de Desarrollo Local iniciado desde la administración central (desde arriba, o de arriba abajo). En este modelo, es el Estado el que beneficiarios o qué zonas. Este modelo coincide sustancialmente con los principios Keynesianos.
     Enfoque de desarrollo basado en la iniciativa privada. Se trata de un modelo que supone que es el mercado el que determina en última instancia el desarrollo local, debiendo limitarse el Estado al mínimo. Se trata de una posición que asume los principios neoclásicos.
     Enfoque de desarrollo local iniciado localmente (desde abajo). Se trata de un modelo que se basa en el hecho de que el proceso de reestructuración económica internacional (globalización) ha creado nuevas formas de inestabilidad social por la incapacidad de la administración central para hacer frente a temas que no sea el control de las grandes variables macroeconómicas (déficit, inflación, desempleo, etc.). Y por ello, se considera que son las comunidades -integradas por una diversidad de agentes públicos y privados   –  las que se encuentran en mejores condiciones para decidir su futuro, utilizando para ello los recursos locales bajo control local, actuando como mecanismo dinamizador de los procesos de desarrollo endógeno: las actuaciones públicas se dirigen a animar el surgimiento y el desarrollo de empresas locales.

Para alcanzar el Desarrollo Local dentro del contexto de la globalización surgen tres enfoques complementarios de desarrollo, que no son necesariamente independientes unos de otros y que cobijan modalidades diferentes y sustantivas de desarrollo local, más allá de la dimensión geográfica. Boisier (2005, pág. 51-55), desarrolla los tres enfoques de Desarrollo Local: el enfoque del desarrollo local como una matriz de estructuras industriales diversas; el enfoque del Desarrollo Local como un proceso endógeno de cambio estructural y; el enfoque del desarrollo local como el “empoderamiento” de una sociedad local.

            En la actualidad, para asumir el reto del Desarrollo Local, ante las nuevas tendencias de organización territorial, es necesario diseñar nuevas estrategias que involucre a todos los actores que participan en la creación de territorios, orientar esfuerzos a la transformación interna de los entes de gestión, a la instrumentación de mecanismos de gestión más acorde a las nuevas exigencias y a las realidades locales.

            El propósito del desarrollo local es comprender la dinámica del territorio, de la ciudad y su entorno, las cuales son el marco de la vida de los ciudadanos que allí se localizan y es en estos, donde se da la interacción entre el proceso productivo, la tecnología, el sistema socio económico y la toma de decisiones.

3.         Regiones y ciudades: gestores de su propio desarrollo

            El Desarrollo Local, en el contexto de la globalización, implica un desafío mayor, consistente en generar dinámicas tendientes a fortalecer a las ciudades como centros de prácticas productivas, políticas, culturales y sociales. Bajo ésta concepción, los gobiernos locales se convierten en gestores y promotores del desarrollo local. Cotorruelo (2001, pág.111-112) describe el papel fundamental que juegan las ciudades dentro del nuevo Enfoque del Desarrollo Local, de la manera siguiente:

“…el nuevo modelo regional y local se apoya en dos premisas: reconocimiento del papel fundamental que juegan las ciudades en el proceso competitivo que se lleva a cabo en los mercados internacionalizados y; por otra parte, la importancia estratégica de las ciudades medias en el nuevo proceso de desarrollo y ordenación del territorio.

Las ciudades al ser los nodos de las modernas redes internacionales de transporte y comunicaciones, actúan como centros de atención de la actividad económica regional, como proveedoras de servicios especializados, como centros de difusión de las innovaciones en su más amplio sentido y como centros de intercambio con el exterior.

Esta concentración de actividades, recursos y potencialidades estratégicas, así como también de las demandas mayoritarias, confieren a las ciudades la capacidad de actuar como “motores” de sus regiones, desempeñando un papel clave en la recepción y difusión de la información, las decisiones y las innovaciones. Luego, a través de sistemas de ciudades, las regiones se estructuran y se articulan al sistema internacional de regiones.

De manera consecuente, las organizaciones y los líderes locales, en particular el de las ciudades medias, desempeñan un papel cada vez más importante en el proceso de desarrollo regional. Por un lado, como receptores y satisfactores de las demandas y presiones derivadas de las principales necesidades y expectativas insatisfechas de la población (como es la problemática del empleo y de la mejora de la calidad de vida), y por otro, como impulsores, estimuladores y catalizadores de la actuación competitiva y de la formación de una cultura más emprendedora. En la actualidad, los máximos responsables de la gestión local deben ser capaces de ejercer un liderazgo estratégico, de impulsar grandes proyectos movilizadores (como atraer actividades innovadoras o establecer alianzas de cooperación para el desarrollo), y en todo caso, de promover la presencia internacional de las ciudades.”

            Conocer la estructura institucional y la organización de los sistemas locales destacando los valores predominantes que condiciona la actuación de las organizaciones humanas y las capacidades que dichas estructuras posee para favorecer el propio cambio, permite el reconocimiento de las potencialidades de los diferentes sistemas locales que configuran un territorio, que al otorgarle un valor hace surgir las fuerzas locales latentes, permite transferir conocimientos, favorecer la interdependencia entre empresas y la sociedad civil, con el apoyo de las instituciones locales, creando cohesión social para asumir sus sistemas de organización y producción (Fabio, 2001).

            El diseño de nuevas estrategias para fortalecer las ciudades como centros productivos, políticos, culturales y sociales, requiere conocer a profundidad los problemas y limitantes que existen en sus realidades y elaborar los instrumentos sociales y territoriales de vinculación, cuya efectividad debe favorecer el Desarrollo Local.         La estrategia territorial local debe procurar un desarrollo armónico y sostenido, especialmente mediante el refuerzo de la cohesión económica y social.

4. Objetivos políticos fundamentales del Desarrollo Local

El Desarrollo Local no solo incluye el desarrollo económico respetuoso con el medio ambiente que garantice recursos para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras, sino también contempla armonizar las exigencias sociales y económicas con las funciones ecológicas y culturales del territorio. En este sentido, el Desarrollo Local asocia tres objetivos políticos fundamentales, contextualizados bajo las nuevas tendencias del desarrollo de la economía y de las tecnologías, así como las tendencias generales de la evolución social y ambiental del territorio y, recurre a la colaboración de los diferentes niveles de gobierno y administración:

     Lograr la cohesión económica y social del territorio.
     Conservar los recursos naturales y culturales del territorio
     Crear un territorio competitivo y sostenible.
Par lograr los objetivos políticos se requiere orientar políticas a la consolidación de las ciudades como núcleos organizadores de las regiones, promover ciudades compactas de distancias cortas, ciudades y regiones integradas e interconectadas, sistemas productivos eficientes, entre otras.

4.1. Consolidación de un sistema urbano poli-céntrico integrado a los espacios rurales que permita minimizar el dualismo campo-ciudad

            Tomando en cuenta los señalamientos anteriores, para fortalecer el desarrollo local (ciudades y regiones), es necesario orientar políticas territoriales a: consolidar un sistema urbano poli-céntrico integrado a los espacios rurales que permita minimizar el dualismo campo-ciudad; fomentar estrategias de transporte y comunicaciones que permitan la integración territorial y la generación de flujos de bienes, personas y servicios generadores de empleo e ingresos para la población; garantizar los equipamientos básicos requeridos para la satisfacción de las necesidades básicas;  cooperación y complementación urbana para una mayor cohesión económica y social territorial; protección de la naturaleza y del patrimonio cultural mediante una gestión eficaz y eficiente; consolidación y fortalecimiento de las instituciones y sus funciones con respecto al desarrollo del territorio; fomento y fortalecimiento de la participación ciudadana, de las redes sociales y; consolidación de un sistema  productivo competitivo.

La consolidación de un sistema urbano poli-céntrico involucra la integración, cooperación y complementación de las ciudades como núcleos dinamizadores de las regiones, que generen las condiciones requeridas para el desarrollo armónico, abierto y de calidad en todas las ciudades y dentro de cada ciudad, que garanticen accesibilidad de la población a vivienda, servicios y empleos con equidad, en fin, se persigue la creación de oportunidades para que la población satisfaga sus  necesidades básicas.

4.2. Ciudad compacta basada en pequeñas distancias

Hacia la construcción de ciudades habitables, seguras y sostenibles, organizadoras de sus áreas adyacentes, surge la tendencia de crear la ciudad de distancias cortas que garantice el acceso de la población a los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas, reforzar las acciones sociales y productivas de interrelación franca, directa y fluida entre los diferentes actores locales y regionales.

Para controlar mejor la tendencia a la expansión continua de la ciudad y garantizar los equipamientos y el abastecimiento de bienes y servicios, es decir mayor calidad de vida a la población, las autoridades locales deben apoyarse en la idea de la “ciudad compacta” (o ciudad de pequeñas distancias), pero de concepción abierta, cuya dinámica permite engranar y armonizar, la complementariedad entre sectores, basándose en la elevación de los valores patrimoniales, la calidad del paisaje urbano, la movilidad y la responsabilidad ciudadana con las zonas periféricas residenciales o de servicios, y con otras ciudades vecinas.

La ciudad de distancias cortas se concibe como una estructura urbana descentralizada, organizada en función de macro sectores, sectores y micro urbanismos, dinamizados por centralidades, que fungen como nodos organizadores de sus áreas adyacentes mediante el suministro de vivienda, servicios y empleo, condición indispensable para conseguir el desarrollo armónico y sostenible en la ciudad. Las inversiones y decisiones políticas con efecto territorial se dirigen hacia un modelo de desarrollo poli – nuclear, integrador y articulador de los diferentes espacios urbanos.

Las capacidades y las potencialidades de los diferentes macro sectores y sectores permiten proponer, aprovechando las ventajas comparativas y de competencia económica entre ellas, complementariedades, sin limitarse a la competitividad económica, considerando todas las funciones: turística, cultural, educacional, asistencial, recreacional e infraestructuras sociales en red. Para potenciar la complementariedad entre las centralidades, es necesaria la colaboración voluntaria y decidida de las autoridades locales para fomentar la cooperación del conjunto en beneficio de todas las comunidades.

Incluye, el control de la extensión de las áreas urbanizables, en el marco de una política urbanística cuidadosa, particularmente en las periferias urbanas y en las zonas protegidas. Para ello, es necesario considerar la incorporación de los servicios de abastecimiento de alimentos, educativos, asistenciales, deportivos, recreacionales y administrativos, teniendo en cuenta los desplazamientos máximos peatonal y vehicular, de manera de facilitar la movilidad de la población dentro de la ciudad y la accesibilidad a los bienes y servicios sin realizar grandes desplazamientos.

Se propone el uso de indicadores de distancias a recorrer por los usuarios de los diferentes servicios: 300 metros máximos para recorridos peatonales y de 600 a 1000 metros para recorridos vehiculares, los cuales permiten el acceso a los mismos, sin largos desplazamientos y garantizando en acceso a los bienes y servicios, mayores niveles de calidad de vida. Los radios de desplazamiento se ajustarán de acuerdo a los servicios y su cobertura, ya sea vecinal o local, comunal o municipal o metropolitana.

4.3. Ciudades integradas e interconectadas

Las centralidades urbanas, localizadas en una región específica o a lo largo de la ciudad, se encuentran integradas por redes de infraestructuras: sistema vial, sistema de transporte, sistema de electricidad y sistema de telecomunicaciones, los cuales permiten la integración e interconexión territorial. Dicha integración debe fomentarse y completarse mediante las medidas adecuadas y especialmente por la garantía de una infraestructura eficiente y de un tejido de movilidad alternativo con elevada funcionalidad: peatonal, ciclismo, transporte público y por último el transporte privado.

El buen funcionamiento de las infraestructuras en red como la vialidad, el transporte y el acceso suficiente a las telecomunicaciones y la electricidad, son condiciones básicas para el refuerzo de la competitividad de la ciudad, de la región y por lo tanto la cohesión económica y social de la población. Además, un territorio con buenas infraestructuras permite minimizar los impactos ante desastres socios naturales.

Las Infraestructuras en red o líneas vitales, ante una situación de amenaza, permiten el flujo de alimentos, agua, ropa, maquinaria, etc., hacia la población afectada. Por tanto, estas deben ser diseñadas y trazadas de manera segura, garantizando que el flujo del servicio no sea interrumpido a la hora de un desastre. Para ello, se debe considerar la amenaza sísmica, geológica, de deslizamientos, inundaciones, tsunamis, entre otras, que puedan causar daños sobre estas.

4.4.     Fomento y fortalecimiento de las redes productivas y sociales.

            CENDES (2001) señala que la difusión de innovaciones, bien sea a través de las relaciones interpersonales o a través de filtraciones a lo largo de la jerárquica urbana, implica la existencia de flujos de personas, bienes, servicios, capitales e información. Consecuentemente, el sector transporte y comunicaciones junto con la red de centros urbanos juegan un papel fundamental en la cohesión económica y social de los espacios. En la Estrategia Territorial de la Unión Europea reconoce la existencia de espacios dinámicos que se conforman a lo largo de las vías que unen las aglomeraciones urbanas y estas con otros sitios emergentes, dando lugar a los llamados ejes de desarrollo (Caravaca, 1998).

            El desarrollo de redes de transporte, de telecomunicaciones y de energía facilita el intercambio de bienes, servicios y la movilización de las personas.  El desarrollo de programas de investigación y demostración que promuevan la colaboración entre empresas, centros de investigación, universidades y comunidades, creando y consolidando alianzas estratégicas, sinergias, difusión de información, intercambio de conocimientos, entre otros beneficios.

            En los sistemas productivos locales, los procesos de industrialización endógena son motorizados a lo largo del tiempo por redes de PYMES especializadas (redes productivas). Incluyen una diversidad de situaciones en función del carácter más o menos tradicional de la industria en que los distintos ámbitos se encuentran especializados y del mayor o menor énfasis puesto en la innovación (Caravaca, 1998).

5.         Conclusión

El Desarrollo Local es una política de Estado, democrático, descentralizado y participativo, que tiene como propósito desarrollar ciudades competitivas, complementarias e innovadoras mediante estrategias y acciones orientadas a la movilización de los actores locales, aprovechamiento de los recursos endógenos y a la inserción en las redes de comercialización internacionales.

La creación de ciudades habitables, seguras y sostenibles se logra mediante el Desarrollo Local mediante la consolidación de una nueva organización institucional, fortalecimiento del capital social, aprovechamiento de las potencialidades y capacidades endógenas, capacitación de la población, realce del capital humano y fortalecimiento del sistema productivo y tecnológico.

Con el Desarrollo Local se logran ciudades capaces de insertarse en las redes internacionales de producción, para generar riqueza, proporcionar vivienda, servicios y empleo a la población, garantizar mayor bienestar social y cohesión económica y social.

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