PLANIFICAR CON LAS MANOS: CUANDO LOS SABERES LOCALES GUÍAN EL TERRITORIO

 


Entre la ciencia y la tierra: el arte de escuchar al territorio


Metadescripción (SEO):

Explora cómo los saberes locales y las prácticas comunitarias transforman la planificación territorial en una acción viva, participativa y con identidad. Planificar con las manos es planificar con el alma.


Introducción: el conocimiento que nace de la tierra

Hay un tipo de conocimiento que no se escribe en manuales ni se enseña en universidades.
Es el que se transmite en los surcos, en las mingas, en las manos que construyen, siembran, reparan y cuidan.
Ese conocimiento —el saber local— ha sostenido por siglos la relación entre las comunidades y su territorio.

Hoy, frente a los retos del cambio climático, la desigualdad y la pérdida de identidad cultural, planificar con las manos se convierte en una forma de resistencia y de esperanza: una manera de volver a mirar el territorio desde quienes lo habitan.

El territorio no solo se planifica con mapas, sino también con memoria.


Los saberes locales como brújula del territorio

Durante mucho tiempo, la planificación territorial se pensó desde arriba: técnicos, consultores, planos y normativas.
Pero el territorio no es solo un espacio físico; es una red de vínculos, historias y prácticas cotidianas.
Allí donde la academia ve “zonas de riesgo”, una comunidad ve “tierras de cultivo que florecen cuando el río crece”.

Los saberes locales son, por tanto, una brújula invaluable.
En ellos se guarda la memoria del clima, de los suelos, de los caminos y de las aguas.
Incluirlos no es un gesto romántico, sino una estrategia para lograr planes más realistas, sostenibles y humanos.

PLANIFICAR EL AGUA: EL NUEVO ORO AZUL DEL TERRITORIO

 

Cómo la gestión del agua se convierte en el eje estratégico de la 

planificación sostenible


Introducción: el agua, recurso invisible y decisivo

En muchas ciudades y territorios, el agua solo se recuerda cuando falta.
Abrimos el grifo y esperamos que fluya, sin pensar en todo el entramado natural, técnico y político que lo hace posible.

Pero hoy, más que nunca, el agua se ha convertido en el nuevo oro azul: el recurso que define el futuro de las ciudades, la agricultura, la energía y la vida misma.

Planificar el agua ya no es un asunto de ingenieros o ambientalistas; es una tarea estratégica que atraviesa la planificación territorial, la economía y la justicia social.
Porque donde hay agua, hay vida, pero también hay poder, conflictos y decisiones que marcarán las próximas décadas.


El agua como columna vertebral del territorio

El territorio puede entenderse como una gran esponja.
Los ríos, humedales, acuíferos y montañas forman un sistema vivo que almacena, distribuye y regula el agua.

Cuando ese equilibrio se rompe —por urbanización desordenada, deforestación o sobreexplotación— el territorio pierde su capacidad de sostener la vida.

Por eso, planificar el territorio implica planificar el ciclo del agua:
desde su origen hasta su retorno al ambiente.
No basta con construir represas o plantas de tratamiento; se necesita comprender cómo el agua fluye, se infiltra, evapora y regresa, y cómo cada decisión humana altera ese flujo.

El agua no es solo un recurso: es el pulso del territorio.

¿CÓMO LA COMPUTACIÓN CUÁNTICA TRANSFORMARÁ LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL?

    Foto. Freepik


Del cálculo clásico a los territorios que piensan en simultáneo


Introducción: un nuevo horizonte para planificar el territorio

Durante décadas, la planificación territorial se ha apoyado en modelos que intentan ordenar la complejidad del mundo: mapas, proyecciones, simulaciones, datos.
Sin embargo, los desafíos actuales —crisis climática, movilidad, desigualdad, expansión urbana— desbordan la capacidad de cálculo tradicional.

En ese escenario emerge una nueva aliada: la computación cuántica, una tecnología capaz de procesar información de un modo completamente distinto al de los computadores clásicos.
Lejos de ser solo un avance técnico, plantea una pregunta esencial:

¿Qué significa planificar un territorio en un mundo donde el tiempo, los datos y las decisiones se vuelven simultáneos?


Del bit al qubit: el salto que cambiará la lógica territorial

Los computadores que usamos hoy se basan en bits, unidades de información que pueden ser 0 o 1.
En cambio, la computación cuántica trabaja con qubits, que pueden ser 0 y 1 al mismo tiempo gracias a la superposición cuántica.

Esto permite que un ordenador cuántico explore miles de soluciones posibles de manera paralela.


Aplicado al territorio, podría analizar simultáneamente todas las configuraciones de uso del suelo, transporte, energía o riesgo climático, generando modelos mucho más completos y adaptativos.

Es un cambio radical:
de planificar paso a paso a planificar en múltiples futuros posibles.

PAISAJE

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Resultado del entretejer de relaciones hombre/ naturaleza

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