LA RED SOCIAL COMO EXPRESIÓN DEL MOVIMIENTO AMBIENTALISTA VENEZOLANO
LA RED SOCIAL COMO EXPRESIÓN DEL MOVIMIENTO AMBIENTALISTA VENEZOLANO/ The Social Network as an Expression of the Venezuelan Environmental Movement
Geog. María Gabriela Camargo Mora
Postgrado en Ordenación del Territorio y Ambiente
Instituto de Geografía y Conservación de los Recursos Naturales
Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales
Universidad de Los Andes
RESUMEN
El presente estudio se plantea la interrogante siguiente: ¿Hasta que punto el movimiento ambientalista en Venezuela ha incorporado principios y objetivos capaces de generar redes (conexiones) de forma exclusiva, no redundantes, que permitan generar demandas comunes y estrategias eficaces de transformación social ambiental? Para dar respuesta, se describe, compara, analiza y evalúa la tipología, estructuración, demandas y propuestas, grados de cohesión y perspectivas de las redes ambientales en Venezuela, a partir de la base de la información suministrada por el Diagnóstico del Movimiento Ambientalista Venezolano realizado por Yépez Tamayo en 1987, el Directorio de ONG`s Ambientales de ConNatura elaborado en 1993 y el Proyecto Directorio de Organizaciones Ambientales sin Fines de Lucro de Venezuela realizado en el 2000. Como resultado, se identifican los actores involucrados en la política ambiental venezolana, las características de las organizaciones ambientalistas venezolanas que conforman la Red Ambiental y la estructura de relaciones existente. Se concluye que los movimientos sociales y ambientalistas se han fortalecido generando redes formales y con mayor permanencia y visibilidad.
Palabras claves: desarrollo, sostenible, red, ambiental, conexiones.
THE SOCIAL NETWORK AS AN EXPRESSION OF THE VENEZUELAN ENVIRONMENTAL MOVEMENT
ABSTRACT
This survey poses the following questions: To which extent has the Venezuelan Environmental Movement incorporated principles and objectives capable of generating networks (connections) in an exclusive, not redundant manner, That enables to generate common demands and efficient strategies of social transformation? In order to respond, we aim to analyze and assess the typology, structuring, demands and proposals, cohesion degrees and perspectives of the environmental networks in Venezuela as a strategy to achieve the environment preservation, a rational occupation and territory use and a better life quality for its population. A comprehensive revision of the primary and secondary existing research sources in several, private or public, organisms and institutions in different territorial levels is done. From the basis of the given information by the “Proyecto Directorio de Organizaciones Ambientales sin Fines de Lucro de Venezuela” carried out in 2000, the actors involved in the Venezuelan environmental policy are identified; the Venezuelan environmental organizations that take part in the environmental network are characterized and the existing relationship structure is defined, to further make comparisons with the Diagnosis of the Venezuelan Environmental Movement carried out by Yépez Tamayo in 1987 and the ConNatural Environmental NGO’s Directory elaborated in 1993. It is concluded that the social and environmental movements have been strengthened by generating formal networks with more permanence and visibility.
Key words: Development, sustainable, network, environmental, connections.
Antecedentes económicos, políticos y sociales.
La Venezuela moderna y el actual sistema político de democracia tienen sus orígenes en el período posterior a la muerte del General Gómez en 1935. Es a partir de ese momento que adquieren centralidad las tareas modernizadoras que proviene de los ideales de la industrialización, la democracia y la justicia social (Uribe y Lander, 1991:69).
Dentro de este período, el movimiento ambientalista venezolano tiene sus orígenes, década de los años 30, época en que surge un movimiento conservacionista que responde a las ideas de “preservación de la fauna y al estudio de los hábitos de algunas especies animales en boga en las sociedades europeas”. Son las sociedades conservacionistas y naturistas las pioneras en promover la conservación de los recursos naturales. A pesar de la escasa investigación existente sobre la materia, se realizaron descripciones detalladas y clasificaciones e inventarios de especies de fauna y flora, donde el rasgo mas característico fue la posición crítica frente a la destrucción de los recursos naturales (Tamayo, 1998).
La Asociación de Scouts de Venezuela y el Centro de Excursionista Caracas, ambas creadas en 1937 y presentes aún en la vida del país, fueron las instituciones que de alguna manera marcaron el camino para lo que hoy es el movimiento ambiental. Con un estilo marcadamente científico, en 1938 nace la Colección Ornitológica Phelps, institución que hoy posee el más importante catálogo de especies de aves del país (ídem).
A finales de los años 40, la construcción de vías tróncales a través de los pie-de-monte y los llanos, favoreció la colonización de las tierras en los Llanos Occidentales a finales de la década del 40, que luego avanza hacia Portuguesa y el norte de Barinas en la década siguiente y a finales de la década de los 60 el Suroeste de Barinas. En esa misma época se procesaba la colonización del Oriente y se daba inicio a la Conquista del Sur, dirigida fundamentalmente al oeste del estado Bolívar y al Territorio Federal Amazonas (gobierno de Dr. Rafael Caldera, 1968-1973) (Chaves, 1992).
La colonización del sur fue esencialmente la obra de ocupantes de las zonas boscosas. Su labor consistió en talar, quemar y sembrar por el sistema de conuco. Las mejoras eran vendidas posteriormente a hacendados, quienes muchas veces le entregaban semillas de pasto a los conuqueros pioneros. Los pioneros continuaban, más adelante el proceso de ocupación del bosque, haciendo avanzar el frente (idem).
La colonización de las tierras forestales fue acabando con estas, no respetando las reservas forestales (Areas Bajo Régimen de Administración Ambiental), las cuales iban siendo desafectadas en la medida en que eran invadidas. La reserva forestal de Turén quedó prácticamente acabada y la de San Camilo notablemente reducida. La reserva forestal de Ticoporo también está en proceso de invasión (idem).
Lo que en un principio fue un proceso espontáneo "de invasión, con el tiempo se fue transformando en un proceso organizado. Los hacendados lanzan a los campesinos a ocupar la tierra para después adquirir las mejoras. Algunos políticos descubrieron también que era un buen sistema para asegurarse una clientela política: cambiar reservas forestales por votos, favoreciendo también la ocupación de las reservas forestales (idem).
Además de facilitar el proceso de destrucción de las reservas forestales, el proceso de colonización ha comenzado a penetrar en el Alto Orinoco y el Alto Río Negro, dando inicio a la deforestación de la Hilera Amazónica y Orinoquense, la principal selva ecuatorial del mundo y el gran pulmón de la humanidad. En 1991, estudios realizados por The Nature Conservancy señalan que quince de los hasta entonces 39 parques nacionales de Venezuela, y dos zonas estratégicas, se encuentran en situación crítica.
De igual forma, la Reserva de Biosfera del Delta del Orinoco, de invaluable diversidad ecológica y cultural, se encuentra amenazada ante la explotación de unas de las reservas de petróleo ligero más importante del Continente. Empresas como Amoco, Exgeo y British Petróleu, entre otras, se encuentran desde 1997, en fase de explotación y extracción, abarcando una considerable zona de los caños deltáicos.
Diversos profesionales promueven la constitución de sociedades y grupos conservacionistas para denunciar el deterioro del medio ambiente y de los recursos naturales. En 1959, se crea así la Asociación Nacional para la Defensa de la Naturaleza, auspiciada por el Ministerio de Agricultura y Cría, en 1971 la Sociedad Conservacionista Audubón de Venezuela; en 1972 en Cumaná (Estado Sucre), la Fundación Pro Desarrollo de las Ciencias Marinas y dos años mas tarde la Sociedad Conservacionista del estado Sucre.
Luego de la creación de la Fundación La Salle (1957), en los tres lustros comprendidos entre 1960 y 1975 ocurre un importante resurgir del movimiento ambiental no sólo por su cantidad – cerca de 10% de las ONGs aparecieron en ese período – sino de la calidad de las mismas, manifiesta en el trabajo sostenido que aún perdura. Son los tiempos de, entre otras, la Fundación Científica Los Roques (1963), el Consorcio Río Yaracuy (1964), el Centro de Excursionismo Miguel Angel González (1968), la Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela (1970), la Sociedad Ecológica Conservacionista Aragua (1972) y la Fundación para la Defensa de la Naturaleza (1975).
Durante la época de los años 70, Venezuela, primer país de América Latina, institucionaliza la cuestión ambiental a través de la creación del Ministerio del Ambiente (MARNR) y de la Ley Orgánica del Ambiente (LOA) de 1976. A nivel político se creó la Comisión del Ambiente del Congreso de la República con representantes de los Partidos políticos (Guadilla,1994:70). Se inicia una preocupación institucional gubernamental por el tema ambiental, lo que se concreta mediante la promulgación de leyes, decretos, reglamentos y comisiones destinados a la conservación, defensa y mejoramiento del medio ambiente.
Con la promulgación de la Ley Orgánica del ambiente y particularmente del Reglamento sobre las Juntas Ambientales en Defensa del Medio Ambiente, facilita la expresión política de los movimientos ambientalistas, ya que amparados en esta figura jurídica, surgen numerosos grupos ambientalistas que se constituyen en juntas para la protección, defensa y mejoramiento del ambiente.
Sin embargo, los postulado de la Política Ambiental y de la estructura organizativa y operativa existente no son consecuentes con la realidad ambiental. Existe una débil gestión oficial frente a los delitos ambientales y el incremento de los pasivos ambientales, especialmente los generados por el propio Estado.
Se observa un proceso de regionalización de las labores conservacionistas: una de las más representativas es la Sociedad Conservacionista de Aragua, fundada en 1973 y que incorpora una concepción global de la cuestión ambiental a través del concepto de calidad de vida, que incluye no solo el entorno físico-biótico sino también socio-cultural. En ese mismo año se funda la Sociedad Conservacionista de Mérida y años más tarde se suman los estados Monagas, Sucre, Lara, Barinas, Portuguesa, Yaracuy, Falcón, Zulia, Anzoátegui y Bolívar.
A finales de los años 70, la mayoría de las organizaciones se caracterizan por presentar un carácter dependiente y clientelista; grandes desigualdades; son organizaciones autónomas, débiles en términos de organización y disponibilidad de recursos propios; frecuentemente con relaciones difíciles con el poder del Estado, sea porque este no les reconoce su legitimidad, sea porque trate de asimilarlas a las redes de control partidista o que simplemente no establezca verdaderos canales diálogo y comunicación (Gómez, 1987ª).
En la década de los 80, comienzan a establecerse explotaciones mineras de mayor magnitud, a través del Estado, y a otorgarse concesiones y contratos en tierras y en dragas en el bajo Caroní. A partir de los años 90, a raíz de la publicación de los decreto que otorgan a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) el control, de la minería en Guayana, se despierta un interés inusitados por la explotación del oro y el diamante (Ponte, 1997). Estas explotaciones mineras están afectan los ecosistemas localizados en el Macizo Guayanés, zona natural protegida, donde se localiza la cuenca hidrográfica del Río Caroní que alimenta la represa hidroeléctrica de Gurí y que proporciona electricidad al 72% de toda Venezuela.
En la Región de Guayana (Reserva de Imataca, la cuenca del río Caroní, la Gran Sabana, el Delta del Orinoco, el Amazonas, etc.) para sacar el oro, se arrasan con el bosque tropical, liquidando las fuentes de agua dulce y potable de estas áreas protegidas. Se remueven de material de suelos y subsuelos. Por otra parte, el proceso de amalgamación del oro con cianuro o mercurio causan efectos alarmantes sobre la vida humana vegetal y animal (Amigransa, 1997).
Los ríos Sipapo y Parapapoy, en el Estado Bolívar, prácticamente han desaparecido según los datos de la Fundación La Salle, al igual que otros ríos y fuentes de agua, hoy contaminados con mercurio como el Caroní y el Cuyuní en este mismo Estado. Cabe destacar el desastre de la mina de Omai, en la Zona de Reclamación con Guyana, donde una transnacional Canadiense causó un derrame masivo de cianuro con consecuencias irreparables en la Cuenca del Río Omai (ídem).
Amigransa (1997) señala que en la extracción del oro por lixiviación con cianuro, se utilizan unas plataformas con cianuro que pueden llegar a ocupar 50 hectáreas o más, dependiendo de la magnitud de la operación, embalses de almacenamiento (lagunas) y una planta de recuperación de metales. De este proceso se originan materiales de desecho que consisten en impurezas incluyendo metales pesados, los cuales normalmente se descargan como materias de desecho al medio ambiente.
Al mismo tiempo de ocurrir estos impactos ambientales, Venezuela entra de lleno en una gradual transición desde el rentismo hacia el capitalismo petrolero, con efectos muy importantes en el resto de sus sectores económicos, que han de adaptarse también a estos cambios. Pierde terreno parcialmente la sociedad distributiva y consensual desarrollada desde el Estado y el gasto público, y se perfila otra más antagónica y conflictiva (Domingo citado en Rojas,1999). Se inicia un proceso de retraimiento y desplazamiento del sistema partidos políticos-Estado como ámbitos de creación de sentidos compartidos respecto a la sociedad deseable. Los partidos políticos van quedando en un debate retórico que se aleja de la nueva realidad en que entra Venezuela.
Se crea la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) en 1984, teniendo como uno de sus objetivos: “la adopción de medidas que aseguren el establecimiento del Estado moderno, esencialmente democrático y eficiente, en el cual los postulados de la Constitución adquieran plena vigencia y la participación ciudadana constituya un elemento efectivo en la toma de decisiones de los poderes públicos”
El fortalecimiento de la sociedad civil constituye una de las líneas directrices que sustentan las proposiciones de la Reforma del Estado ya que se considera un pre-requisito para que él aparato público tenga una mayor eficiencia y el aparato político mayor legitimidad. Este fortalecimiento contempla la reforma de los partidos políticos para hacerlos más democráticos y la del sistema electoral para vincular directamente al lector y al representante. Otra de las líneas directrices es la de la descentralización, considerada como un medio para que la sociedad civil se desarrolle y mediante la participación adquiera responsabilidades en la gestión de los asuntos públicos y contribuya una mayor eficiencia y eficacia del Estado (García,1991).
Se inicia en Venezuela el desarrollo de un sistema político-administrativo descentralizado, luego que el proceso centralizador, una vez cumplido el papel fundamental de consolidar la unidad nacional, comenzó a dar muestras de difuncionalidad (Tachauer,1999). Como indicio de esta desconcentración y descentralización del poder fue la elección directa de gobernadores y alcaldes, a partir de 1989, y la escogencia uninominal de un porcentaje de los representantes a los organismos deliberantes (Rojas, 1999).
En consecuencia, la sociedad venezolana es testigo del surgimiento y paulatina consolidación de un nuevo movimiento ambientalista, con la aparición de ONGs ambientales, década de los 80 y 90, que reconocen la riqueza biológica del país, la referencia del movimiento internacional en pro del planeta, la baja capacidad de los organismos del gobierno y su propia responsabilidad en la generación de muchos problemas ambientales, junto a la necesidad de participación del ciudadano común y de los profesionales en los asuntos vinculados a la conservación del medio.
Las organizaciones ambientalistas comienzan a conformar redes inter-organizacionales u organizaciones red de carácter local, regional o nacional, con el fin de asegurar su participación en la toma de decisiones sobre los asuntos ambientales. Estas redes representan un nuevo fenómeno organizacional que adquiere magnitud con la constitución de FORJA en 1980 y más tarde con el Movimiento por la Vida en 1987, que dan inicio al surgimiento de nuevos vínculos entre las organizaciones red que involucran a numerosas organizaciones ambientales de base provenientes de diferentes áreas geográficas.
La Federación de Organizaciones y Juntas Ambientalistas (FORJA), como “una institución nacional de carácter cívico-cultural, no gubernamental, sin fines de lucro, no partidista y con personalidad jurídica propia, que integra a las agrupaciones locales y regionales que trabajan voluntariamente por la defensa y el mejoramiento del ambiente, a fin de unificar, fortalecer y darle coherencia a nivel nacional a las acciones e iniciativas que por separado realizan estas agrupaciones, respetando su autonomía. Además, FORJA asesora, estimula y fomenta las organizaciones que la conforman, gestionándoles recursos y facilidades en la medida de sus posibilidades, e impulsa la creación de nuevas agrupaciones”.
Ante los procesos de cambio que se vienen dando en Venezuela y el mundo, así como los impactos ambientales sobre el territorio, las organizaciones y movimientos sociales, incluyendo los ambientalistas, se articulan alrededor de un fin general con alto valor simbólico: la democracia participativa. Su surgimiento coincide con el vacío de respuesta a los problemas ambientales de carácter nacional, la perdida de credibilidad en los partidos políticos y en el gobierno y en el debilitamiento de FORJA. Se les denomina simbólico-cultural porque auguran a la sociedad problemas cuya solución requiere descifrar los códigos dominantes y buscar significados alternativos y orientaciones de la acción social en la esfera cultural. (Melucci, 1985:797). Así mismo estas organizaciones surgen dentro de lo que Uribe/Lander denominan “nuevos ámbitos de lo político” que se expresan en la aparición de formas de acción social que son independientes de los partidos políticos y del Estado y que giran alrededor de nuevos temas.(García-Guardilla, 1994:76).
Surgen nuevos grupos no adscritos a FORJA, como la Asociación Civil sin fines de lucro la Asociación de Amigos en Defensa de la Gran Sabana (AMIGRANSA) con el objetivo de defender el entorno natural mediante la denuncia de las acciones depredadoras del medio ambiente y la propuesta alternativa. Sus acciones se orientaron a la defensa del Parque Nacional Canaima de aproximadamente 3.000.000 Has. En 1986 AMIGRANSA denuncia ante la Cámara de Diputados la violación del Parque por la construcción de la carretera troncal que une a Venezuela con Brasil.
Mas recientemente, en 1987 se crea el Movimiento por la Vida que representa un nuevo esfuerzo amplio de articular a los diversos movimientos que propenden a la defensa de la vida y entre los cuales los movimientos ambientalistas constituyen mayoría numérica.
Para los años 90 se estimaba que el 50% aproximadamente del territorio venezolano se encuentra bajo la figura de Areas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). Desde parques nacionales hasta áreas críticas con prioridad de tratamiento conforman las zonas susceptibles de planes de manejo y uso adecuado, dentro de las políticas establecidas por el Estado en cuanto a importancia vital y estratégica para el país. La vanguardia ambiental llevó al país a ser sede del IV Congreso Mundial de Parques Nacionales y Áreas Protegidas, en 1992, preámbulo a la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro en ese mismo año.
La Reserva Forestal de Imataca, decretada en 1961 bajo la resolución Nº 47, con una superficie de 3.203.250 Has de los Estados Bolívar y Delta Amacuro, se encuentra afectada por la explotación minera. Esta es una reserva forestal que se caracteriza por poseer una topografía que va desde fuertes pendientes hasta terrenos inundados en el Delta del Orinoco, y una vegetación caracterizada por Bosques Húmedos Tropicales, además es un territorio rico en minerales como el oro, bauxita , titanio y diamantes entre otros, que sirve de refugio a las etnias Warao, Arawako, Kariña, Akaiwaio y Pemón.
A pesar de la importancia ecológica, Imataca es asiento de la minería (legal e ilegal) del país. Se estima que en la zona existen, aproximadamente 100.000 pequeños mineros, además de 92 concesiones otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas y 242 contratos de explotación generados por la Corporación Venezolana de Guayana , organismo encargado de la Región sur del país. (Ferreira, 1998).
Imataca resurge a los ojos de todos los venezolanos ante la insólita decisión del Consejo de Ministros de aprobar el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de la Reserva Forestal de Imataca, mejor conocido como el Decreto 1850.La aprobación del Decreto 1850 permitiría el Uso mixto de exploración y explotación minera en 1,3 millones de hectáreas (40,5%) de la Reserva Forestal, generando de esta forma una zona de manejo mixto que viola las normativas pertinentes a las áreas bajo régimen especial (Ferreira, 1998).
Ferreira (1998), continúa señalando que además de la implantación y regulación de actividades mineras en la reserva forestal, el Decreto 1850 permite la construcción de infraestructura para la explotación de los recursos naturales-forestales extraídos, así como también genera la posibilidad de construir instalaciones militares, embarcaderos y campamentos turísticos.
Otro problema es el impacto de la explotación de carbón a cielo abierto en Areas Bajo Régimen de Administración Especial. Desde el punto de vista de la desafectación de ésta reserva, la explotación de carbón a cielo abierto en el Zulia, amenaza con destruir la Reserva Hídrica Sur del estado, las cuencas de importantes ríos que drenan agua dulce al contaminado Lago de Maracaibo, la Zona Protectora de los ríos Guasare, Socoy y Cachiri. Además de influir negativamente en frágil ecosistema de la Zona Protectora del Pie de Monte de la Sierra de Perijá, y en los linderos suroeste del Parque Nacional de Perijá.
Lo 3.700 Yucpas y 1500 Barí ( residentes de la selva húmeda de la región por más de 500 años) se oponen a la explotación de minerales argumentando que la colonización criolla han hecho que estas etnias hayan ido perdiendo terreno, los que lo ha llevado a establecerse sólo en un espacio de la Sierra de Perijá y el Valle de los Motilones.
Con la promulgación de la nueva Constitución en 1999, el movimiento ambientalista en Venezuela, logra que se les otorgue un espacio para participar en los procesos de negociación y decisión para dirimir los conflictos medioambientales. Sin embargo, las demandas del movimiento ambientalista por un modelo de desarrollo sustentable no se agotan con la sanción de la nueva constitución (García Guadilla, 2001).
En contraste con los partidos y viejos movimientos y organizaciones sociales corporativistas, los nuevos movimientos sociales, entre ellos los ambientalistas, tienden a ser descentralizados, no burocráticos, carecen de membresía formal, se distancian del Estado e incluso son críticos del sistema, y en sus estrategias se orientan hacia la confrontación y el conflicto. Estos movimientos sociales tienden a desafiar tanto el modelo de desarrollo político autoritario y jerárquico como al de la democracia limitada que ha prevalecido (ídem).
La Federación de Organizaciones de Ambientalistas Venezolanas (FORJA), en el balance Ambiental de Venezuela para el año 2001, presentado en el XXVI Congreso Ambientalista Nacional, alerta sobre graves problemas, que van desde la inexistencia de una política ambiental nacional a la desaparición de los bosques. En cuanto a la política ambiental en Venezuela señala:
• La aplicación de una Política Económica no sostenible traduce en la sobreexplotación de los recursos naturales para generar ingresos, sin tener una medición del impacto ambiental de los procesos productivos.
• La estricta centralización de las competencias ambientales limita de gran manera la actuación de los municipios en términos de establecer los correctivos idóneos y a tiempo ante las agresiones ambientales que se suceden y que terminan en impunidad.
• No hay una comunicación adecuada entre los Organismos responsables de la Gestión Ambiental y el resto de los entes, instituciones y Organizaciones No Gubernamentales Ambientalistas que operan a nivel Local, Regional y Nacional. Esto se traduce en una falta de coordinación en la realización de las actividades que a veces se traduce en la duplicación de esfuerzos e ineficaz uso de los recursos.
• No existe una Política Petrolera Ambientalmente Sustentada: La aplicación de sistemas no del todo óptimos de explotación, refinación, transporte y almacenaje de hidrocarburos. Atraso por parte de PDVSA en la solución de los pasivos ambientales que ha generado la empresa y que se siguen acumulando en todo el territorio nacional, que incluso llegan a amenazar Áreas Protegidas de alto valor ambiental.
• Inexistencia de una Política idónea y de un Plan Rector Nacional, Estadal y Municipal de Cuencas Hidrográficas y de Abastecimiento de Agua Potable: La intervención y destrucción de las zonas protectoras de las cuencas hidrográficas, sobre todo en las cuencas altas y en zonas de recarga de los acuíferos, determinan consecuencias letales para la vida de las futuras generaciones que habrán de sobrevivir en todo el ámbito del territorio nacional, en términos de una reducción crítica de las fuentes de suministro de agua potable causando grandes restricciones en la disponibilidad del agua y que obliga a su racionamiento, situación que tiende a empeorar debido a la ausencia de un Plan Rector Integrado para el rescate, mejoramiento y protección de los mismos, que podría tener resultados sólo a mediano y largo plazo.
Fuertes devastaciones de las cuencas altas han secado a más de 2200 ríos. La mayoría de las lagunas son pozos sépticos y dos lagos (Valencia y Maracaibo) han sido convertidos en "alcancías sin fondo", porque no se palpan buenos resultados de las multimillonarias inversiones inyectadas para su "saneamiento".
• Inexistencia de una Política Minera Ambientalmente Sustentada Conduce al Deterioro de las Represas y del Sistema Hidroeléctrico: minería devastadora de ecosistemas básicos y generadora de sedimentación en represas y embalses. La represa de "Guri" está sedimentada y muy afectada por la merma en el caudal del Caroní debido a que la salvaje minería acaba los suelos y aniquila bosques del macrosistema Orinoquia-Amazonia. Esto ha obligado al racionamiento energético que altera la vida en muchas zonas de Venezuela y podrían darse situaciones de impredecibles consecuencias.
• Inexistencia de una Política Idónea de Prevención y Control de Desastres, especialmente de las Inundaciones: como consecuencia del deterioro de las zonas protectoras de las cuencas hidrográficas, en períodos de invierno disminuye la infiltración con el consecuente aumento de la escorrentía,del escurrimiento de tierras y de la sedimentación, originando riesgos imprevisibles de inundaciones que siguen siendo un grave problema y pareciera que no aprendimos la gran lección de Vargas, Caracas y Barlovento.
• Inexistencia de una Política y Plan Rector de Saneamiento de Aguas Residuales: Mientras las aguas residuales son bien tratadas en otros países para generar fertilizantes, energía y agua limpia, en Venezuela, las aguas servidas, en su mayor parte son vertidas directamente en los cuerpos de agua.
La falta de tratamiento y depuración adecuados de las aguas residuales conduce a que los ríos y quebradas, lagos lagunas, y playas están sometidos a un proceso de contaminación crítico con las aguas negras que transportan los residuos provenientes de las actividades urbanas e industriales, que al final terminan por contaminar las fuentes potenciales de suministro de agua y alimentos de otras poblaciones, afectando la vida de la flora y fauna ribereña e incluso costera, lo cual requiere con igual urgencia, el trazado de un programa idóneo para el tratamiento y depuración de las aguas servidas.
• Inexistencia de una Política y Plan Rector para el Manejo Racional y Tratamiento Idóneo de los Residuos Sólidos: la basura es un problema grave en muchas comunidades. El consumismo indiscriminado ha determinado un incremento tal en la producción de residuos sólidos que ha rebasado nuestra capacidad de darle un manejo adecuado, constituyéndose en una de las principales fuentes de contaminación ambiental y, sobre todo, trayendo por consecuencia el grave agotamiento progresivo de muchos de los recursos naturales.
• Carencia de un Programa Permanente de Prevención y Control de la Contaminación Industrial y Automotora: no existe un programa permanente de evaluación ambiental que permita mantener al día la información de todos los indicadores ambientales en todas las zonas urbanas, interurbanas e industriales sujetas a potenciales fuentes de contaminación.
• Inexistencia de una Política y Plan Rector de Actualización Tecnológica y Manejo Adecuado de Sustancias y Residuos Tóxicos y Peligrosos: la permanencia de tecnologías desactualizadas que conllevan a la introducción de sustancias y residuos peligrosos en el ambiente representa un riesgo de consecuencias impredecibles, pues en el transcurso de los años se ha podido determinar su efecto deletéreo en el ambiente y en la salud humana y habiendo sido retiradas de los países desarrollados, aún permanecen en uso a lo largo y ancho de todo nuestro territorio nacional. Los PCB, los bifenilos policlorados, por ejemplo.
• Inexistencia de una Política Agroecológica que conduzca al Uso Racional de los Agroquímicos: Uso irracional e incontrolado y abuso en la aplicación de agro-tóxicos con su consecuente impacto en contaminación ambiental y repercusiones en las cadenas alimenticias que pueden conducir a la extinción de especies vegetales o animales sensibles
Sustancias peligrosas calificadas como las 12 de la cadena sucia, son introducidas libremente a Venezuela, sin que ningún ente oficial demuestre interés por los graves males que los mismos causan: intoxicación colectiva, muerte de campesinos, contaminación de alimentos, envenenamiento de embalses y malformaciones congénitas (teratogénesis) que hacen de éste un problema de emergencia nacional (Quibor, Sanare, El Tocuyo, Calabozo, La Puerta, Caripe).
• Ordenamiento Territorial y Urbano Inadecuados, y Destrucción de Bosques: de poco sirve tener un inconsulto Plan Nacional de Ordenación del Territorio si no responde a la realidad porque no es producto de una verdadera consulta y participación popular.
La destrucción de grandes extensiones de bosques y la intervención urbana de zonas resguardadas, acompañado por un urbanismo caracterizado por el casi total exterminio de la vegetación y su sustitución por asfalto y cemento, ha traído por resultado consecuencias graves a nivel del deterioro climático de las áreas urbanas, especialmente en las ciudades más pobladas.
• Carencia de una Política Eficaz para el Resguardo de las Áreas Protegidas: nuestros Parques Nacionales y Monumentos Naturales están desprotegidos ya que los pocos técnicos y guarda-parques asignados a ellos no se dan abasto para atenderlos. En sus 23 años de gestión, el Instituto Nacional de Parques ha tenido 15 Presidentes y pocos con méritos para un cargo tan clave como administrar el 12 % del territorio nacional, que es el futuro de Venezuela por su rica biodiversidad, el gran potencial hídrico, su poder termo-regulador, único seguro de vida colectivo.
• Inexistencia de una Política Urbanística y de Vivienda Ambientalmente Sustentadas: no se cuenta en todos los Municipios con su respectivo Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL), que también debe resultar de una consulta ciudadana real y estar fundamentada en Criterios Ambientalmente Sustentados. Estas graves carencias son determinantes de la peligrosa situación de anarquía que nos afecta por doquier.
El crecimiento urbano e industrial sin límites, en forma anárquica y de carácter depredador, acompañado por la concentración poblacional en centros urbanos ha traído el colapso de los servicios públicos en algunas poblaciones, especialmente en las ciudades Capitales, entre los cuales podemos destacar que, como consecuencia de la carencia de un plan rector de los servicios públicos a mediano y largo plazo, y la ausencia de un Programa de Desconcentración Poblacional, resulta en que: (a) las fuentes de suministro han disminuido drásticamente y el agua potable ha tenido que ser racionada; (b) las redes de eliminación de aguas negras han colapsado o están a punto de hacerlo y las lagunas de oxidación establecidas para el servicio de algunas poblaciones igualmente han rebasado su capacidad; (c) el sistema eléctrico no está en capacidad de atender toda la demanda previsible y el urbanismo ha invadido los espacios bajo tendidos eléctricos de alta tensión. (d) la red de telefonía convencional ha colapsado y no abastece la demanda.; (e) la invasión urbanística de las zonas de seguridad de aeropuertos trayendo por resultado que un sector de la población urbana está sometida constantemente a la acción de radiaciones no ionizantes producidas por los radares, con efectos igualmente insospechados en la salud pública.
Los aspectos relevantes del discurso ambientalista y de la formulación de la política ambiental resalta dos aspectos: a) la consideración como sujeto de la política a toda la población (comunidad) dándole una connotación de homogeneidad del todo social sin tomar en cuenta de la complejidad del tejido social; b)un sector de la sociedad civil que suele dejarse fuera del análisis es el aparato productivo, con el cual el ejecutivo establece relaciones que deben ser revisadas.
En la actualidad, las organizaciones ambientalistas se alimentan de acciones que brindan y contribuyen con los recursos del país y con la calidad de vida de los venezolanos. Ejemplos de ello lo exhiben Fundación Tierra Viva, FUDENA, Econatura, Audubon de Venezuela, Provita y la Red ARA (El Nacional, 04-06-2000), cuyas acciones se concretan con la participación de los ciudadanos organizados en Consejos Comunales.
Las nuevas organizaciones y movimientos que se diferencian de las organizaciones viejas, no solamente en sus entidades y estrategias, sino también en sus objetivos. No se trata de organizaciones corporativistas como el movimiento sindical ni de organizaciones sociales formales que no reivindican la esfera política tales como las fundaciones y las asociaciones civiles sin fines de lucro de las cuales existían más de 300 organizaciones en Venezuela a finales de los años sesenta. Se trata por el contrario de organizaciones a veces estructuradas, o a veces poco estructuradas, incluso, informales que basándose en los principios de participación, equidad y solidaridad social pretenden la inclusión de estos principios dentro del ámbito de lo político; también reivindican la participación a escala local, regional y nacional (Calderon, 1986; Gómez Calcaño, 1987; García-Guadilla, 1991; Escobar Alvarez, 1992; García-Guadilla y Blauert, 1994 citados en García-Guadilla, 2001).
Son nuevos actores sociales diferenciados del Estado y de los partidos políticos que, si bien no pretenden ni sustituir a los partidos tradicionales ni al Estado, si se proponen introducir sus contenidos ideológicos y sus propuestas como una forma de ser incluidos y acceder al proceso de toma de decisiones (García-Guadilla,1994).
Planteamiento del problema
Las nuevas organizaciones para lograr sus objetivos, persiguen integrar a las diferentes organizaciones no gubernamentales de Venezuela, entre ellas las ambientales, como mecanismo para fortalecer a cada una de estas instituciones y potenciar su labor en pro de mayores niveles de calidad de vida, conocimiento del ambiente y conservación de los recursos naturales del país, dando origen a redes de organizaciones ambientales. Como consecuencia, en Venezuela se han conformado redes sociales y ambientales como la Federación de Organizaciones y Juntas Ambientales (FORJA), la Red Ara y el Foro por la Vida, entre otras, que pretenden agrupar a las organizaciones en torno a intereses comunes. Las redes de organizaciones ambientales es una nueva estrategia que busca generar nuevos criterios para la transformación de las relaciones de producción y promover nuevos potenciales para el desarrollo de las fuerzas productivas, con el fin de elegir y definir nuevos estilos de vida, mayor equidad social, diversidad étnica, sustentabilidad ecológica y armonía cultural (Gómez, 1991; García-Guadilla, 1991a; 1991b; 1994;2001; Uribe y Lander,1994; Leff, 1994; Gómez,1994; González, 1994).
Autores como Melucci (1998); Uribe y Landez (1991); García-Guadilla, (1994); García-Guadilla y Roa (1997); García – Guadilla y Silva (2000) coinciden en señalar que las redes sociales venezolanas, entre ellas las ambientales, han permitido un movimiento más o menos organizado, con convergencias y prácticas sociales, con momentos de encuentro y desencuentros, con estrategias y objetivos específicos, que busca generar cambios profundos en la sociedad. Los movimientos sociales y ambientalistas, han pasado de formar redes informales e invisibles o sumergidas a redes formales y con mayor permanencia y visibilidad (Guadilla y Silva, 2000).
García–Guadilla (2001) señala que independientemente de que los discursos del Estado y del movimiento ambientalista sean relativamente homogéneos, existen varios obstáculos o dificultades para resolver los conflictos ambientales:
a) Diferencias entre el Estado y los movimientos ambientalistas en lo que respecta a los valores y concepciones sobre el desarrollo sostenible y la democracia participativa.
b) Dificultad para instrumentar los nuevos valores constitucionales por la creciente heterogeneidad ideológica y social del propio movimiento ambientalista. Esta heterogeneidad, que es además de ideológica, de clases sociales, contribuye a la fragmentación del movimiento, disminuye su poder efectivo de presión y inhibe la posibilidad de una ideología o marco ideológico único para las negociaciones con el Estado.
c) El carácter presidencialista de la nueva constitución.
Por otra parte, las redes se enfrentan con dificultades para su creación y consolidación: falta de una cultura de red; desconocimiento por parte del Estado como un interlocutor valido; falta de legitimización entre las mismas organizaciones; imposición de liderazgos; ausencia de verdaderos objetivos comunes; baja participación; vulnerabilidad financiera; independencia de las organizaciones; entre otras dificultades.
Para superar las dificultades señaladas y lograr la consolidación de las redes sociales y ambientales como estrategia para la preservación del medio ambiente y la racional ocupación y uso del territorio, es necesario conocer sus características, vinculaciones, demandas, recursos y potencialidades, a fin de crear información que oriente acciones que permitan la consolidación de este modelo de organización.
Bajo este contexto, el presente trabajo se plantea resolver la interrogante: ¿Hasta que punto el movimiento ambientalista en Venezuela ha incorporado principios y objetivos capaces de generar redes de forma exclusiva, no redundantes, que permitan generar demandas comunes y estrategias eficaces de transformación social?
Objetivo
Para dar respuesta a la interrogante señalada, el presente trabajo persigue como objetivo general: Describir,comparar, analizar y evaluar la tipología, estructuración, demandas y propuestas, grados de cohesión y perspectivas del Movimiento Ambiental Venezolano, como medio de articulación y participación ciudadana, que persigue la preservación del medio ambiente, una racional ocupación y uso del territorio y mayores niveles de calidad de vida para la población.
Justificación
El presente trabajo busca proporcionar aportes para la consolidación del Movimiento Ambientalista Venezolano como tema de preocupación de la sociedad civil y del Estado, ya que su legitimización, fortalecimiento financiero y representatividad, son fundamentales para lograr la consolidación del capital social venezolano. La cooperación, coordinación y confianza entre de todas las organizaciones, instituciones, relaciones y normas que definen la calidad y cantidad de interacciones sociales de la sociedad, son factores críticos para que las sociedades prosperen económicamente y para que el desarrollo sea sostenible. El capital social no es solo la suma de las organizaciones e instituciones que configuran una sociedad, sino que es asimismo la materia que las mantiene juntas.
Metodología.
El procedimiento seguido consistió en describir, comparar, analizar y evalúar la tipología, estructuración, demandas y propuestas, grados de cohesión y perspectivas de las redes ambientales en Venezuela, a partir de la base de la información suministrada por el Diagnóstico del Movimiento Ambientalista Venezolano realizado por Yépez Tamayo en 1987, el Directorio de ONG`s Ambientales de ConNatura elaborado en 1993 y el Proyecto Directorio de Organizaciones Ambientales sin Fines de Lucro de Venezuela realizado en el año 2000.
Marco teórico y conceptual
Red Social
La red social está referida a relaciones sociales específicas entre una serie definida de elementos (personas, grupos, organizaciones, países e inclusos acontecimientos) (Molina,2001). El término es aplicable a dos fenómenos: por una parte, a un grupo de relaciones espontáneas que pueden ser descritas en un momento dado y que aparecen en un contexto definido por la presencia de ciertas prácticas, más o menos formalizadas. Por otra parte, el termino red también puede aplicarse al intento de organizar esas interacciones de un modo más formal, trazándoles una frontera o un límite, poniéndoles un nombre y generando así un nuevo nivel de complejidad, una nueva dimensión (OIT,1998).
El objetivo de una red social es el de mantener el flujo de información, y dada la heterogeneidad de los intereses y objetivos de los participantes, articularse con el fin de desencadenar hechos políticos y sociales de trascendencia local, regional, nacional o internacional. Es un medio para la participación comunitaria, que permite la identificación y definición de las necesidades de la población, los factores culturales y tecnológicos (invención, asimilación y adaptación) de las diferentes localidades y regiones. Son fuerzas sociales que emergen de las bases de la sociedad, cuyas relaciones específicas conforman vínculos con características, recursos, potencialidades y problemas propios (Yépez Tamayo, 1987; Camargo,1999; Red Ara,2000; FORJA,2001; Banco Mundial,2001; Molina 2001) .
Una red se construye con la acción de cada organización en su contexto propio. Esta acción redundará en el conjunto, produciendo una transformación socioespacial. Se considera que la toma de conciencia acerca de la capacidad de organización influye en la apropiación de los procesos por parte de los individuos y la participación a su vez va construyendo conciencia (OIT,1998).
La red social implica un proceso de construcción permanente, tanto individual como colectivo; es un sistema abierto que, mediante un intercambio dinámico entre sus integrantes y con integrantes de otros grupos sociales, permite convertir en actuales y colectivos los recursos potenciales que poseen los individuos ( idem) y generar cambios en la estructuración socio-espacial en un territorio específico
Por tanto, los comienzos de una red no fructifican de un día para otro; se trata de movimientos más o menos organizados, de conversaciones y prácticas sociales, de momentos de encuentros y desencuentros. Son grupos humanos que crearán un campo de interés común.
Resultados.
Caracterización de la Red Ambiental Venezolana
Teniendo en cuenta la evolución del movimiento ambientalista, la estructuración relacional de las diferentes organizaciones ambientalistas y sobre la base de la información suministrada por el Diagnóstico del Movimiento Ambientalista Venezolano realizado por Yépez Tamayo en 1987, el Directorio de ONGs Ambientales de Connatural elaborado en 1993 y el Proyecto Directorio de Organizaciones Ambientales sin Fines de Lucro de Venezuela realizado en el año 2000, es posible caracterizar las organizaciones ambientalista venezolanas que conforman la red ambiental:
Composición socio-económica heterogénea.
El movimiento ambientalista venezolano se encuentra integrado por diferentes organizaciones ambientales conformadas desde los orígenes del movimiento ambientalista hasta la actualidad, generándose una creciente heterogeneidad ideológica y social dentro del movimiento ambientalista. Las organizaciones ambientales que actúan en la red ambiental son (García-Guadilla, 1994):
Ministerio del Ambiente y de Los Recursos Naturales (MARNR) y demás entes gubernamentales;
Sociedades científico – conservacionista;
Comunidades ecológicas;
Juntas de Defensa Ambiental;
Asociaciones de vecinos;
Organizaciones políticas e ideológicas;
Organizaciones simbólico-culturales;
Instituciones científicas;
Consejos Locales de Planificación Pública;
Consejos Comunales;
Comités ambientales,
Medios de comunicación, entre otros.
Entre los diferentes grupos ambientales señalados existe una gran heterogeneidad en la composición socio–económica de los miembros, en la organización y en los intereses que defienden, lo que dificulta la articulación interna y entre organizaciones. En general se tratan de grupos de tamaño reducido cuya fuerza se encuentra más que en el número, en su capacidad de generar apoyos masivos con relación a problemas ambientales concretos. La estructura organizativa es variable y parece estar en relación con la etapa y el tipo de movimiento que la organización representa. La heterogeneidad del movimiento ambientalista venezolano, que es, además de ideológica, de clases sociales, disminuye el poder de presión del movimiento e inhibe la posibilidad de una ideología o marco ideológico único para la conformación de una estructura relacional que permita generar demandas comunes y estrategias eficaces para la transformación socio-ambiental en Venezuela (García-Guadilla, 2001).
Un movimiento en crecimiento con tendencia a la consolidación en el tiempo.
Aunque no se cuenta, desde un principio, con directorios detallados de todas las instituciones ambientales se puede deducir que el movimiento ambiental en Venezuela ha venido creciendo y consolidándose desde sus inicios (1937). A través del Directorio de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela realizado en 1993 por Connatural, se registra una primera idea del tamaño del movimiento ambiental, que para ese entonces estaba conformado por 80 organizaciones ambientales sin fines de lucro. En 1998 el Servicio de Apoyo Local (SOCSAL), a través de REVISA, señala la existencia de 231 ONGs ambientales y para el año 2000 la RED ARA registra 424 instituciones.
Las organizaciones ambientalistas señaladas se caracterizan por poseer la capacidad de mantenerse activas a través del tiempo, fortaleciendo el movimiento ambiental: el 50% de las ONGs ambientales tienen menos de 10 años de haber sido creadas, un 23% tienen entre 10 y 20 años y un 13% entre 20 y 30 años. Esto es significativamente menor a lo registrado en 1993, en el Directorio publicado por Eco Natura, donde muestra que el 75% de las ONGs ambientales tenían menos de 10 años creadas, o con las instituciones privadas de desarrollo social, donde el 65% nacieron en la década de los años 90 (REVISA, 1998).
Un análisis más detallado de la proporción de ONG ambientales creadas por períodos deja visualizar la consolidación del movimiento en el tiempo. Desde 1937 hasta mediados de los años 80 la creación de ONG ambientales fue moderada, es decir, se registró, entre 1937 y 1960, el 4,27% del total de ONG actualmente existente y el 7,69% en el período 1981-1985. El mayor repunte en la aparición de ONGs ambientales se registra entre 1991-1995 con el 38,46%, esto como consecuencia de la existencia de un vacío de respuestas a los problemas ambientales, a la perdida en la credibilidad en los gobiernos y partidos políticos y al derrumbamiento de la estructura de poder concentrada y centralizada.
Distribución espacial acorde a la concentración de la población.
En cuanto a la distribución espacial de la ONG ambientales se puede señalar que presentan un patrón acorde a la concentración de la población en el territorio venezolano, es decir, el 60% de las ONG ambientales se localizan en la Faja Centro Norte Costera y en la zona Andina Montañosa, específicamente en los estados Distrito Federal, Aragua, Carabobo, Miranda y Mérida, Trujillo y Zulia, respectivamente, estados donde se concentra la mayor proporción de población venezolana.
Diversidad en cuanto a los ámbitos de actuación.
En relación con el ámbito geográfico de acción de las ONG ambientales se observa un desplazamiento del ámbito local al ámbito regional y nacional. En 1987, Yépez Tamayo registra que el 72,2 % de las organizaciones encuestadas trabajaban en un ámbito local y en el 2000, el Directorio de Red Ara, señala que el 72,18% tienen como ámbito de acción el regional (35,34%) y el nacional (36,84%). Del mismo modo, se aprecia un cambio en la temática de interés de las ONG ambientales. En 1987 las actividades de las ONG se orientaban principalmente hacia el trabajo con las comunidades y la conservación de la fauna y la flora, para el año 2000 los principales temas de trabajo están vinculados a las áreas naturales, la conservación de la biodiversidad, la educación ambiental y la divulgación, temáticas más relacionadas con los principios del Desarrollo Sustentable y la Agenda 21 Local.
Estructura interna simple.
Según García (2001), por lo general, las organizaciones ambientales se caracterizan por presentar un núcleo reducido de miembros organizadores con una estructura interna simple . En lo que respecta a sus objetivos, al inicio, respondían a fines particulares, en ocasiones limitados; en la década de los ochenta, además de estos objetivos, las organizaciones y movimientos sociales se articularon alrededor de un fin general con alto valor simbólico: la democracia participativa (García, 2001).
Recurren a estrategias de redes sociales.
Sus estrategias, también han variado, pasando de estrategias individuales a estrategias de redes (Chen, 1985). Ha habido una transformación en la forma de difundir sus demandas y politizar la problemática ambiental: de la movilización masiva y activa y de la difusión de los problemas en los medios de comunicación escritos que prevaleció en los años 80 se han pasado a las comunicaciones y redes electrónicas como medio privilegiado de difusión aún cuando se sigue utilizando la movilización a través de manifestaciones públicas, pero en menor escala y para asuntos más puntuales. También han promovido y utilizado espacios y procesos institucionales como la reforma del estado, el proceso de descentralización y mas recientemente el proceso constituyente (García-Guadilla y Roa, 1996; García-Guadilla y Hurtado, 2000 citado en García-Guadilla, 2001). Estas estrategias han contribuido al éxito relativo que han logrado los movimientos sociales en las instituciones de sus demandas.
Conclusiones
Las redes las ambientales, han avanzado logrando un movimiento más o menos organizado, con convergencias y prácticas sociales, estrategias y objetivos específicos, que buscan generar cambios profundos en la sociedad. Han estimulado la creación de espacios no sólo de “participación” y “de acción” donde organizaciones, instituciones y grupos, cuestionan y generan nuevas demandas, incidiendo en el proceso de toma de decisiones. La heterogeneidad del movimiento ambientalista venezolano, que es, además de ideológica, de clases sociales, disminuye el poder de presión del movimiento, genera conflictos que impiden una integración eficiente entre los organismos que la componen, en consecuencia, se genera una serie de problemas o limitantes que deben ser considerados para la optimización de la red y la consecución del objetivo global del movimiento ambiental.
Agradecimiento
Mi agradecimiento al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico (CDCHT) de la Universidad de Los Andes, que con su apoyo institucional y económico, hicieron posible la realización y terminación del Proyecto titulado: “La Red Social como Expresión del Movimiento Ambientalista Venezolano” (Código FO-566-04-09-B).
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